El recorrido del rector Torres Ortiz

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PARACAÍDAS

Por: Rogelio Guedea.

La Universidad de Colima ha dado un paso más adelante en la presencialidad escolar, privilegiando las clases que requieren de mayores contenidos prácticos y las actividades que de manera virtual impiden la efectiva cristalización de sus contenidos. Como se sigue priorizando la salud de estudiantes y trabajadores por encima de todo, los protocolos sanitarios se activaron de manera estricta y, por fortuna, hubo una respuesta positiva de parte de toda la comunidad universitaria, quien fue respetuosa de los mismos. El regreso a la mayor presencialidad sigue siendo voluntario y será gradual, pero ahí está ya como una opción para todos los estudiantes que quiera optar por esa opci. He recibido mensajes de universitarios (estudiantes y maestros) que no han dudado en manifestarme su alegría por este regreso. El último año y medio ha sido difícil (sobre todo para los que perdieron familiares o cercanos debido a la pandemia), pero el reencuentro con aquellos a quien nos unen lazos profundos en la amistad y el afecto ha sido también una cuestión muy benéfica para la salud mental y física de todos los miembros de la comunidad. Ha sido muy conmovedor ver pequeños videos en donde se ve a los estudiantes reunidos otra vez en un espacio (el universitario) que es a la vez una especie de refugio para los tiempos aciagos, el único lugar abierto para todas y todos. La Universidad de Colima, como toda universidad, es como una gran casa habitada por una gran familia, nadie la podría ver de otra manera, y esta es una forma de volverla a reunir después de haber sido separada abruptamente por la emergencia sanitaria. De entre todo esto, que ya de por sí es alentador, algo me ha llamado particularmente la atención con este reencuentro, y quiero enfatizarlo: el recorrido que se ha permitido el rector Torres Ortiz en los diferentes planteles y dependencias y la cercanía que con ello ha mostrado con los estudiantes y trabajadores de las diferentes dependencias no sólo para darles la bienvenida, sino también para hacerles saber que tienen a un líder (el máximo en el ámbito universitario) atento y cercano, especialmente (y ese es el mensaje que veo) en los tiempos difíciles. También vi videos espontáneos y leí comentarios en las redes sociales de lo estimulante que fue tener la presencia del rector en este regreso de mayor presencia a la vida universitaria. Es quizá un sesgo menor en la escala de las grandes problemáticas que vive ahora nuestro estado y nuestra universidad (en particular con el tema financiero), pero no lo es menor en el ámbito personal de cada uno de los estudiantes, única y gran razón de ser de toda institución educativa y para quienes esto encuentros son estimulantes y, en más de un sentido, determinantes para la reafirmación de su vocación profesional. Por eso quería enfatizar lo que considero un acierto por parte del rector Torres Ortiz ahora que la universidad, como dije al principio, ha avanzado un paso más adelante en la presencialidad escolar. Ojalá -insisto- que sigan viniendo tiempos halagüeños para nuestra máximas casa de estudios y que el nuevo gobierno que está por empezar se convierta en un aliado de una institución que tanto ha aportado al bienestar y desarrollo de nuestra entidad.