*Por: Jorge García Rendón.
En 1929, el entonces expresidente de México, Plutarco Elías Calles fundó el Partido Nacional Revolucionario, que varios años después dio pie a lo que hoy se conoce como Partido Revolucionario Institucional, agrupando en un principio a Obreros, campesinos y clase popular.
Pensado para que todos los sectores de ese momento estuvieran representados y asegurar a través de cuotas de poder la hegemonía política y así funcionó, durante 70 años ininterrumpidos.
Pero así como fue creado ese organismo político, había hombres visionarios con otra ideología, si bien conservadora, si puesta a levantar la voz en contra de las injusticias, por lo que Manuel Gómez Morín, fundó en 1939, el Partido Acción Nacional (PAN).
Fueron años de lucha opositora e incluso el PAN llegó a ser alianzas políticas con la izquierda y otros partidos que en su desesperación luchaban por derrotar al siempre poderoso PRI.
Nadie podría imaginar que casi un siglo después, estos dos organismos políticos se unirían para tratar de derrotar a un partido nuevo, el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), que agrupa igual personajes identificados con la derecha y conservadores, que militantes históricos de izquierda y sobre todo políticos del antiguo régimen, es decir, un Frankenstein que camina arrasando con todo lo que ve a su paso.
Todo parece indicar que en la Ciudad de México, lugar donde casi siempre se toman las decisiones, las cúpulas del PRI y PAN acordaron por primera vez en su historia una gran alianza nacional e incluso incluir a otros partidos aunque no sean afines a uno o a otro.
La idea primeramente es reponerse de la derrota que les indilgó Morena en las elecciones federales de 2018, donde el Tsunami AMLO, con sus más de 30 millones de votos llevó al triunfo a la mayoría de candidatos en diferentes cargos federales y locales.
Aunque existe una razón poderosa para esta gran alianza PRIAN, además de los intereses económicos y políticos que ya conocemos, es el actuar del presidente Andrés Manuel López Obrador que ha provocado el descontento de los sectores productivos, principalmente.
Lo más difícil que enfrentará el PRIAN, será revertir los apoyos de los programas sociales que mes a mes se reparte por todo el territorio nacional, de mano en mano campesinos a través de Sembrando Vida, jóvenes estudiantes con becas Benito Juárez, muchachos que no estudian ni trabajan, con Jóvenes Construyendo el Futuro y apoyos a personas de la tercera edad y con discapacidad, por citar algunos respaldos institucionales.
La eficacia o no de esos programas y la manipulación de propaganda y manejo de redes sociales que en un sentido u otro hagan los diferentes partidos políticos o alianzas partidistas, dependerá en mucho los resultados electorales.
En particular en Colima no se ve claro todavía quien pudiera encabezar una posible alianza del PRIAN, ese será tema de una próxima entrega, por lo pronto, los egos y las soberbias deben dejarse a un lado si es que en verdad desean unirse y derrotar al gran triunfador hasta ahora de las pasadas elecciones en la entidad.
*Es licenciado en comunicación institucional y maestro en trabajo social por la Universidad de Colima, conductor de los programas de radio y televisión Ideas Tenaces.