¿Cuánto nos cuesta el regidor Insúa a los colimenses?

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¡A qué panista tan faltista!

Por: Francisco Pérez Medina

¿Sabe cuánto nos está costando a los ciudadanos de la capital el regidor que, antes de su ausencia, quiso ser gobernador?, ¿tiene el dato de cuántas asistencias ha tenido desde que asumió el cargo e hizo la promesa de desempeñar patrióticamente el cargo de regidor que el pueblo le confirió?, ¿cuánto cuesta en promedio cada sesión a la que debe de asistir y no acude?, ¿tiene idea de cuántas faltas, de las que ha tenido, le han sido justificadas?  

Hasta este momento, no hay un posicionamiento personal ni oficial sobre su ausencia, pero deje le comparto un ejercicio que, como ciudadano, realicé con base a la propia página del ayuntamiento de la capital.

¿Está listo estimado lector? Tome su mejor postura; hasta la fecha ha costado $1´305,734.59. Este dato es el oficial, es decir, solamente lo que está disponible en la página. No es posible saber si percibe o no un monto extra para gestión, combustible o gastos de cel. Los conceptos se denominan: “dieta de servidores electos, vigilancia del cumplimiento de las leyes y compensación garantizada ordinaria” -el monto total lo consideré sumando su sueldo mensual con una prestación de aguinaldo de 45 días, sin saber si éste el dato es el correcto o es mayor; sí existe otra prestación por prima vacacional u otro concepto, no está incorporado al análisis, de haber, aumentaría lo ya escandaloso del dato-.

Respecto a las faltas o asistencias -según desee comparar- el total de sesiones fueron 71, solamente acudió a 41, y ha faltado 30, entre ordinarias, extraordinarias y solemnes. Vayamos por año: en el 2018, faltó solamente 1/14 -éste sí era un regidor cumplido- un 7% de inasistencia; algo sucedió en su ánimo de cumplir, pues en el 2019 no acudió a 20/45 -un lamentable 44% de ausentismo; -pero si esas cifras le llaman la atención, vea lo que lleva de este 2020-, no se presentó en 9/13, -leyó usted bien-, no estuvo presente un 70% del total de las sesiones. ¡A qué panista tan faltista!

La respuesta a la tercer pregunta, varía de acuerdo al número de sesiones y a la temporalidad, es decir, 2018, solamente cuenta el último tercio del año cuando entró en funciones; 2019 todo el año y; 2020, los cinco meses transcurridos. El costo por sesión en el 2018 fue de 13,068.66; en el 2019, acudir significaba cobrar 18,419.05; y lo que lleva de este año cada sesión en promedio cuesta 23,614.17 [el monto se estima dividiendo entre el salario total y el número de sesiones históricas].

Un dato aterrador es la última pregunta, pues, significa que, a pesar de la ausencia, ha seguido cobrando sin pudor, es que, del total de inasistencias, 97% de ellas han sido justificadas ante el cabildo, el otro 3% no se mencionó en la sesión pública si fue o no justificada. Pero en el resto, la Secretaria del ayuntamiento, antes de anunciar el quorum para dar por válida la sesión, mencionó que estaba justificada. -Éste es el dato relevante, ¿cómo justifica ante la autoridad sus inasistencias?, ¿Prescripción médica?, ¿problema familiar?, ¿pérdida de un ser querido? Debería informar el ayuntamiento para evitar suspicacias o hipótesis erróneas -imagino tienen de cada justificante una copia, no siendo válidas si fueron entregadas 72hrs después-.

Esas son las preguntas, pero falta todavía analizar de qué manera debe responder la autoridad ante el caso que nos ocupa.  

Primero, el cargo es irrenunciable, pero también la Ley del Municipio Libre del Estado de Colima, considera en el artículo 26 “Los cargos de elección popular municipal son irrenunciables salvo que existan causas justificadas que CALIFICARÁ EL PROPIO AYUNTAMIENTO [las mayúsculas son mías]”. No cumplir con el juramento que hizo, parecería un argumento sólido para otorgarle licencia y se llame al suplente, pues, elevando el brazo derecho, protestó cumplir y desempeñar patrióticamente el cargo de regidor que el pueblo le confirió, “y si no lo hiciere así que el municipio me lo demande”. -pues, de mi parte, como ciudadano se lo demando regidor-.

Como no va a pedir licencia por propia decisión, el cabildo debería sustentar otorgársela con base al artículo 56 de la misma Ley “sideja de desempeñarsu cargo por cualquier causa [si vive en el extranjero o no le interesa el cargo], será sustituido temporal o definitivamente por su suplente”. Ahora bien, si por alguna razón decide regresar a Colima y ponerse a desquitar el sueldo que gana, la ley se lo permite -pero que avise si lo desea-.

¿Porqué, hasta el momento, no se ha iniciado un procedimiento para hacer que cumpla la responsabilidad para la que fue electo?, ¿dónde está o porque no realiza la función que juró al asumir el cargo?, ¿cuántas faltas son necesarias para conceder que ha incumplido con las obligaciones como regidor previstas en el artículo 53?, ¿por qué no se corrige oportunamente las faltas y hacen del conocimiento a la autoridad correspondiente?, ¿va a regresar el recurso que ha recibido que, evidentemente, no ha devengado?, ¿por qué su partido no le exige cuentas o hace una crítica sobre su pobre desempeño?, ¿hay algún acuerdo para mantenerse intocable?, ¿seguirá con sus ausencias y otorgándole los justificantes para continuar cobrando hasta que concluya el encargo? Son estas preguntas las que se vienen a la mente, pero, quedan muchas en el tintero, que usted, estimado lector, seguramente tiene.

P.d. Hoy les debo la “salida”; hice la promesa de no mencionar o señalar crítica alguna al presidente o al gobierno que encabeza. Y, promesas, son promesas.