“El presupuesto federal para los estados de la República presentan una marcada reducción, lo que no tiene una justificación política —ya que les pega a todos los gobernantes de diferentes partidos—, ni de población, ya que da lo mismo a los que tienen mucha población que poca, ni de ingreso, ya que la lógica marca que hay que brindar más presupuesto a los más pobres, y Nuevo León, uno de los mas ricos, recibe un incremento”.
Sin caer en la precisión de los datos, lo que vemos, y puede ser una justificante que analicen los diputados y senadores en este periodo ordinario de sesiones, es el despilfarro con que se comportan varios gobernadores.
Y, como botón de muestra, les platicaré de Colima, que ha sido reportado con baja confianza en la calificación de calificadoras de riesgo crediticio.
Esta entidad gobernada interinamente por el priísta Jesús Silverio Cavazos Ceballos, ha caído en un despilfarro administrativo que se refleja en un debilitamiento estructural en su perfil financiero derivado del acelerado crecimiento del gasto operativo durante los últimos tres años, tiempo que lleva gobernando el estado.
Este excesivo gasto ha sobrepasado la capacidad de generación interna de recursos. Ingresos, pues.
Asimismo, Cavazos no ha logrado convencer a intermediarios financieros, ya que no tiene un plan estratégico definido que le permita a Colima cubrir el crecimiento en el gasto y fortalecer su desempeño operativo en el corto y mediano plazo.
Ante la inmovilidad de un gobierno despilfarrador y derrochador, ese estado mantendrá durante el resto de la administración de Cavazos, que termina el año próximo, finanzas débiles y poco confiables, ya que vive de las transferencias presupuestales federales no presupuestas, o sea por los excedentes petroleros, mismos que no serán suficientes para cubrir sus necesidades.
Un estado quebrado, un gobernador rico y mucho más rico ahora; y un pueblo sumido en la miseria. ¿Dónde queda el dinero del erario colimeño? Sólo Cavazos lo sabe.
Como los políticos pequeños, no quiere tocar el tema de las pensiones que hacen insostenibles las finanzas colimeñas, y esto, aunado a la corrupción gubernamental, hace insostenible el manejo económico de ese estado.
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