CARA DE PIÑA

0

Por Jose Díaz Madrigal

Cuando el tesonero General Omar Torrijos de Panamá, logró sacarles a los norteamericanos -se resistían- un convenio por el cual se comprometieron a entregar el canal interoceánico a los panameños; el escritor Gabriel García Márquez, que mucho admiraba la tenacidad de Torrijos, dijo de él: El general es un híbrido de mula y tigre; por la terquedad de una y la sagacidad del otro.

Esa fama de sagaz de la que gozaba Torrijos, no fue suficiente para prevenir su propio desastre. Dentro de su círculo inmediato, estaba un pillo, taimado y oscuro militar que ansiaba su puesto. Éste miliciano era El Cara de Piña Manuel Antonio Noriega. El apodo se lo acomodaron sus paisanos, debido al rostro cacarizo que tenía; tal vez como resultado de haber padecido viruela en su juventud, dejándole múltiples hoyuelos en la piel de la cara, que le daba un aspecto de repulsiva fealdad.

Todo lo feo es problemático -decía mi abuelo- el perverso Noriega hizo en aquel tiempo, lo mismo que hace unos meses también llevó a cabo Putin; mandó colocar una bomba en el avión en que viajaba uno de sus rivales. Torrijos murió al caer el Jet en que hacía sus recorridos por Panamá. Noriega entró al relevo, convirtiéndose en el nuevo jefe de La Guardia Nacional. Después con un montón de artimañas, se apoderó de la presidencia.

Una vez instalado como jefe único de los panameños, le dió por ingresar al negocio del narcotrafico, dejando operar en su territorio a traficantes de la vecina Colombia; obteniendo millones de dólares por concepto de comisiones, que puntualmente le daba el sonado Pablo Escobar, mandamás del Cartel de Medellín.

Fue entonces que la DEA de los Estados Unidos apuntó sus pesquisas contra Noriega, presentando una demanda en un tribunal de Miami. Esta denuncia enfureció al Cara de Piña, empezó a echar pestes en público contra los estadounidenses; tienen que respetar nuestra soberanía, no se metan con nosotros, somos un país libre y, otras idioteces por el estilo para encubrir sus delitos y querer engañar a los panameños. Luego de plano aventando más leña al fuego, él mismo declaró: Los panameños estamos en estado de guerra contra los gringos.

Tanto los estuvo cucando hasta que los hartó, provocando que los gringos fueran por él para llevarlo preso. Sólo así terminó con sus amenazas y bravuconadas. Pasó casi 30 años en la cárcel, murió de un tumor cerebral.

La conjugación del verbo poder en futuro condicional es “podría”. Pues podría pasarle algo parecido al presidente de México, como le pasó al Cara de Piña. En el caso del mexicano, una vez que termine su periodo gubernamental. Días después de que uno de los periódicos más antiguos, influyentes y serios de La Unión Americana, El New York Times diera a conocer un reportaje, acerca de los nexos de gente allegada a López Obrador con carteles de la droga, firmado por el periodista Tim Golden; donde informa que la DEA siguió la pista de financiamiento del narco en la campaña de López Obrador en 2006. El mandatario desacreditó esa investigación y dijo que era falsa.

Ahora en esta segunda ocasión, en que se habla acerca de otra supuesta investigación también de la DEA, que tiene información de presuntas donaciones del crimen organizado a la campaña lopezobradorista, pero ahora en la de 2018. El origen de tales versiones, vienen de las confesiones que han declarado individuos que sirven de testigos protegidos y, que están condenados por tráfico de drogas en Los Estados Unidos. Los cuales buscan reducir sus sentencias.

El presidente se burlaba sarcásticamente cuando otros testigos protegidos, declaraban de oídas para hundir a García Luna. Sin embargo ahora que le toca al propio López Obrador ser la víctima de ese tipo de revelaciones, que lo culpan de lo mismo que a García Luna, de recibir dinero del narco y, también con acusaciones de oídas; ya no le gustó y se enfureció con ganas. . . El que se enoja algo esconde.

El Cara de Piña en la cárcel, nunca aceptó los cargos de tener nexos con el narcotrafico. Quienes lo delataron fueron los testigos protegidos. También se ponía como un diablo de enojado cuando lo acusaban de esas relaciones.

Por lo pronto la administración Biden, le está teniendo consideración a López Obrador, niegan públicamente tales investigaciones. ¿La seguirán negando una vez que López Obrador concluya su mandato?. . . Es sólo pregunta.