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Brasil.- El jefe del narcotráfico en la favela Rocinha, Rogério Avelino da Silva, fue detenido hoy durante un operativo de las fuerzas de seguridad brasileñas en Río de Janeiro Da Silva -conocido como Rogério 157- fue detenido en otra favela ubicada en el norte de la ciudad. Según el diario O Dia, el traficante intentó sobornar a los policías que lo detuvieron para lo dejaran escapar.
El narco fue capturado en el marco de un megaoperativo en el que 2 mil 900 efectivos entre policías y tropas del Ejército cumplen órdenes de allanamiento y prisión en cuatro favelas en de la zona norte de la ciudad. Entre ellas, Mangueira, localizada enfrente del estadio Maracaná, escenario de la final del Mundial 2014.
Rogério 157 era buscado desde septiembre, cuando el grupo que lidera entró en una guerra con una banda rival por el control del comercio de drogas en Rocinha, la más famosa de Río.
La escalada de violencia empezó el 17 de septiembre, cuando Antonio Bonfim Lopes, conocido como Nem da Rocinha, el líder de la principal banda criminal de la favela y preso desde hace años, dio la orden a su grupo de que recuperase el control del narcotráfico local.
Debido a la gravedad del conflicto, la favela fue ocupada a fines de septiembre durante una semana por un contingente de 950 soldados del Ejército.
Asimismo, el 23 de octubre una turista española murió de un disparo de la Policía mientras realizaba un paseo guiado por Rocinha. El conductor del vehículo en el que se desplazaba la víctima no escuchó el alto que le dio la policía en un retén.
Rocinha es famosa por estar ubicada en la acomodada zona sur de Río, entre los barrios de Gávea y Sao Conrado, así como por sus privilegiadas vistas al mar. De acuerdo al último censo (2010) oficial, tiene 70 mil habitantes, aunque otras fuentes sostienen que viven hacinadas el triple de personas.
El clima de guerra en Rocinha se convirtió en el símbolo de la crisis de seguridad que vive Río desde hace meses. La violencia ha aumentado en la segunda ciudad del país (6.5 millones de habitantes) tras los Juegos Olímpicos de 2016, el último de los grandes eventos deportivos celebrados en los últimos años en Brasil.
Debido a los problemas, el Gobierno de Michel Temer aprobó a fines de julio el despliegue de 10 mil efectivos de una fuerza de seguridad, de lo cuales 8 mil 500 son soldados del Ejército. Las tropas no patrullan permanentemente las calles, sino que salen para operativos especiales.
Fuente: NOTICIEROS TELEVISA