Atando el camello

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El rincón de la conciencia

Por Antonio Valdés Mejía

El apóstol Pablo nos recuerda que la vida es más que sentarnos solo a esperar que Dios haga todo lo que nosotros queremos lograr, es importante comprender que Dios hace lo que es imposible, pero nosotros debemos hacer lo que es posible, por ello dice que Dios produce en nosotros el querer, pero también el hacer. Así que nos toca el hacer.

Un maestro viajaba con su discípulo, el cual tenía la responsabilidad de cuidar su camello, el maestro le había enseñado la importancia de la oración. Una noche, antes de acostarse, el discípulo oró de esta manera: Señor, te pido que esta noche cuides el camello de mi maestro, lo dejo en tus manos amén y se durmió. A la mañana siguiente, cuando se despertó, el camello había desaparecido. Cuando el maestro se levantó le pregunto: ¿Dónde está el camello? Yo no sé, le respondió el confundido discípulo, anoche antes de acostarme yo oré como me has enseñado y lo encomendé en las manos de Dios; si se escapó o se lo robaron, no es mi culpa, yo se lo confié a Dios en oración como usted me enseñó. Y el maestro le pregunta: Pero ¿ataste el camello? Y él respondió: bueno eso no lo hice. Y el maestro le dice: No has aprendido nada de lo que he tratado de enseñarte; debes orar y poner tu confianza en Dios, pero también debes atar el camello, porque Dios no tiene manos sino las tuyas.

Dios necesita de nosotros, somos sus manos para atar el camello, para ayudar al necesitado y para hacer las cosas que queremos lograr, somos su boca para hablarle a la gente de su amor y su grandeza, somos sus brazos para abrazar y amar a los necesitados, somos sus pies para ir donde está el solitario y darle ánimo, en fin somos los responsables de hacer visiblemente, lo que el Dios invisible quiere hacer por la humanidad, como dijo la madre Teresa de Calcuta: “Yo soy el lápiz con que Dios escribe sus cartas de amor”.

La oración es fundamental, pero la acción es el complemento, ¿Deseas que Dios hable a tu corazón? No basta con desearlo, sino que necesitas invitar a Cristo y recibirle por la fe en el corazón. ¿Quieres ser útil a Dios y a la sociedad? No basta con desearlo y orar, sino que debes esforzarte para hacerlo, nosotros hacemos lo posible y Dios se encarga de lo imposible. Además de orar, se como lápiz al igual que la madre Teresa de Calcuta y … ¡Ata tu camello!