A la gran actriz e ilustre Cristina Michaus

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Entre libros y Café

Por: José Luis Cobián

Dom Pérignon, después de inventar el champán, dijo, “Vengan rápido. Estoy degustando las estrellas”.

Mi columna, aunque modesta, goza de ciertos lujos, como dijera el gran artífice de las letras, Germán Dehesa, y me refiero al lujo de saber que tiene un público muy variado, entre ellos jóvenes, que al rodearme de unos cuántos libros he podido tener charlas amenas para compartir, con ustedes.

Sin embargo, hoy quiero participarles un fragmento de una de mis charlas con Cristina Michaus, una gran actriz de cine y televisión, productora, guionista, escritora, por mencionar algunas de sus facetas, una mujer que ha sido premiada a lo largo de su vida. Entre sus reconocimientos está un Ariel por la película “El Tigre de Santa Julia”, sin embargo, lo que destaca en ella es su cariño por Manzanillo:

“Agradezco a mi Padre Cine por haberme llamado para reintegrarme a sus huestes sagradas.

Agradezco este día, al que llego medianamente sana; con un hijo esperanzador lleno de vida , que con su excelente desempeño , me dignifica y enorgullece ; con una parvada de amistades de última generación, fuertes, bellas, empoderadas, sinceras , sobrevivientes de sus respectivas catástrofes personales , que con su sola existencia me fortalecen .

Agradezco la alegría, la sobrevaluada felicidad que ahora me parece posible y mesurada.

Agradezco por el arropo de la casona familiar, donde hoy más que nunca, esperan regocijados los valores, las grandes enseñanzas, la humilde maceta, la azucena resucitada, el malvón porfiado.

Agradezco a mi ciudad que se mantiene viva, con una rodilla al piso, la cabeza gacha y un sol borroso, pero aún más resiliente, medrando en el charco ominoso de la mugre.

Agradezco finalmente al amor que aletea y canta en mi oído; colibrí izquierdo, que bebe de la copa azul, de mi corazón de paria. (MIXCOAC , CDMX , 26 de mayo, 2018).

Es así querido lector que gracias a estos amigos, conocidos y algunos lectores que se han acercado a esta columna, he podido tener la posibilidad de un diálogo inteligente, que al igual que dijo, Julio Cortázar, bajo la defensa del café y sin el deseo de incorporarme a los problemas, pero sí de comentarlos.

Lo que me trae a la mente un hecho de Julio Cortázar, escritor, traductor e intelectual de nacionalidad argentina, cuando optó por la nacionalidad francesa en protesta contra el gobierno argentino, lo que me lleva a preguntar. ¿Cree usted que en nuestros días hubiera hecho lo mismo si fuera mexicano? Para que no quede nada en el tintero, [email protected]