PUNTO SOCIOLÓGICO

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¿DEMOCRACIA O CRECIMIENTO ECONÓMICO?

Por: J. Daniel Miranda Medrano

Según diversas encuestas realizadas en los últimos años, muchos de los mexicanos preferirían vivir con libertades políticas restringidas a cambio de tener mejores niveles de vida; es decir, preferirían vivir en un sistema no democrático o incluso totalitario con tal de tener mas dinero en los bolsillos y un nivel de bienestar más seguro.

De acuerdo a datos del CONEVAL y del INEGI, la pobreza en México y Colima sigue aumentando por muchos lados,  mientras que los requerimientos  de nuestro sistema democratico son cada vez mayores. cada vez menos tienen más y cada vez más tienen menos.

En este tenor, resulta particularmente interesante recordar el trabajo del economista Gerardo Esquivel, que publicó con el título de “Desigualdad extrema en México. Concentración del poder económico y político”

La desigualdad económica tiene fuertes connotaciones políticas; Esquivel escribe que los 4 más grandes multimillonarios de México podrían haber empleado en el 2014 a más de 3 millones de personas pagándoles el salario mínimo, y sin perder un solo peso.

El 16 de julio de 2015 el INEGI dio a conocer los resultados de la “Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2014,” en los que se destaca que en los dos primeros años de la actual administración federal, hubo una caída del 3.5 por ciento en el ingreso de los hogares mexicanos.

El CONEVAL por su parte señaló que en 2012 más de 53.3 millones de personas del país se encontraban en pobreza y 11. 5 millones en pobreza extrema. Dicha institución señaló  que en 2014 el número de pobres aumentó 2 millones y en Colima el número de personas en pobreza aumentó a 7, 700.

En este enfoque, Jesús Silva Herzog escribió que en una casa de la ciudad de México pueden reunirse a cenar quienes controlan la décima parte de la riqueza nacional y que no hay régimen político que pueda permanecer inalterado frente a una concentración tan brutal de poder económico.

La pasada elección extraordinaria costó alrededor de 21 millones de pesos de los cuales, nueve tuvieron que ser erogados por el  gobierno del estado. Se entiende perfectamente el mandato legal que obligó a la realización de esta nueva elección pero el contexto social en el que se dio obliga a plantearse serias interrogantes.

Además se dio con el inédito caso de la existencia de un Instituto Electoral Estatal que no realizó ningún tipo de actividad y cuyos consejeros obtienen ingresos groseramente inmorales, Este organismo continúa  causando enormes gastos al pueblo de Colima cuando perdió su razón de ser al asumir el INE la organización de la elección.  Lo más incongruente es que unos cuantos viven como virreyes sin hacer ninguna contribución social, mientras el número de gente en pobreza continúa a la alza en esta entidad.

Así,  por un lado los gastos  que requiere nuestro sistema democrático son cada vez más grandes y por el otro lado hay cada vez más pobreza y  más desigualdad. Por ello, no nos asustemos si la gente prefiere de plano una dictadura con tal de tener mejores niveles de vida. La pregunta obligada es ¿Cómo compaginamos democracia y crecimiento económico? ¿O decidimos por una u otra cosa?

Twitter: @jdanie17