LECTURAS

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EL DIABLO PARA NAVIDAD

Por: Noé Guerra

Es tanta y tan pesada la carga cultural que históricamente traemos y nos caracteriza como sociedad contemporánea, que hasta a mí se me complicó tomar el libro, abrirlo y empezar a leer lo ahí escrito, el puro “titulo prohibido” se me imponía, pero no, ya en el cuerpo del texto y la lectura de sus casi 220 páginas y 16 apartados encontré que no, que este  libro de Giovanni Papini (1881-1956) no es lo que pensaba y menos lo que con mis “normales” prejuicios temía encontrar, no es tampoco una apología al Diablo ni al Mal como se pudiera presumir y como algunos tendenciosos han pretendido presentarlo, y tampoco tiene carácter redentor, está escrito desde un punto de vista profunda y sorprendentemente cristiano, y propone una reflexión sobre las motivaciones que llevaron a Lucifer a revelarse contra su creador, poniendo ejemplos de su relación con la humanidad y el arte, además de compararlo con sus similares en otras religiones.

De Papini debemos reconocer su pasión para escribir. Y es precisamente eso a la par de su erudición lo que lo en mi modesta opinión hace de él el gran escritor de su época. Característica que así como le granjeó admiración, también le reportó desprecios, esto es así, quienes escribimos y nos atrevemos a publicar lo sabemos y más cuando, guardada la proporción, nos atrevemos a tocar temas sensibles para un sector y más aún cuando se habla de religión, como para el caso la Iglesia Católica, como ocurre con El Diablo, obra condenada por L’Osservatore Romano, y de la que advierte sobre su naturaleza y contenido.

En este análisis respecto a Satanás, Papini lo desarrolla en tres perspectivas que aparecen enunciadas en la propia presentación del Autor: Las causas de la rebelión de Lucifer, las relaciones entre Dios y el Diablo y la posibilidad de que a través del ser humano Satanás vuelva a su primer estado celestial librando a la humanidad del mal. Cabe señalar que como en la lectra se deduce, para dar cuerpo a sus conjeturas, el escritor consultó las escrituras, a los padres de la iglesia y las obras de filósofos, artistas y poetas cristianos, desarrollando a partir de estos textos los tres puntos de su estudio y el apartado de sus conclusiones.

En esta obra el toscano expone sus convicciones respecto a Satanás y el rol que le ha dejado jugar el cristianismo. Dentro de esa definición se encuentra una de sus conclusiones más audaces en el texto: “Los cristianos -sostiene Papini- no se han mostrado lo suficientemente cristianos hacia Satanás, un verdadero cristiano no debe ser malvado ni siquiera con los malvados; no debe ser injusto ni siquiera con los injustos; no debe ser cruel ni siquiera con los crueles, sino que debe ser, con el Tentador del Mal, un tentador del Bien”. Para el autor el Diablo es necesario, ya que sin el Mal el Bien no es posible, y cierra con esta sentencia: “El Diablo es odio; pero hasta su odio es necesario para que el Amor triunfe”. Es interesante también el capítulo que Papini dedica a “El Diablo y la Literatura”, en la que enumera títulos de obras inspiradas por Satanás, como una “lista negra” que para los curiosos en el tema nos facilita la búsqueda de material.

En sus páginas, El Diablo, nos muestra a un Lucifer sufriente, condenado al desamor, al desprecio y temor de los otros, señalado y discriminado. De cierta forma Papini nos pone de frente a este Lucifer para comprenderlo en su condición de dolor. Un relato bien estructurado pero que además tiene la cualidad de resultar con la rara combinación de ser bello y tocar nuestra emotividad. Por otro lado lo que se pudiera colegir que lastimó a los católicos fue que se expusiera la posibilidad de que Dios terminara por perdonar al Diablo, con el consecuente cierre del infierno. Con esa afirmación este libro se ganó un espacio en la lista de los “libros prohibidos”. Finalmente creo que es justo es reconocer que algunos podrán considerar las conjeturas de Papini como elucubraciones o disparates intelectuales, otros, como el que escribe, podrán encontrar algunas respuestas a interrogantes por años y generaciones hemos compartido.

De todas formas recomiendo su lectura, pero también hacerlo con apertura mental y con los menos prejuicios posibles y evitarlo quienes de antemano se puedan sentir ofendidos. Les recuerdo que Giovanni Papini, fue un intelectual que se caracterizó, el resto de su obra así lo dice y en esta se ratifica, por el compromiso con su arte y que sin temor a ser polémico y audaz, asumió el desarrollo de esta entendiendo las posibles interpretaciones y sus diversos impactos.