LA CIUDAD DE MÉXICO, UNA PROTAGONISTA DE RELATOS FANTÁSTICOS

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    La ciudad es territorio de mujeres y de fantasmas, de libros que la mapean, de historias, leyendas y mitos que han dado lugar a ficciones que han sido reunidas por Vicente Quirarte y Bernardo Esquinca en el libro Ciudad fantasma. Relato fantástico de la ciudad de México (XIX-XXI), una antología de relatos de miedo que suceden en la mítica y emblemática ciudad de México.

    Esta ciudad es protagonista y territorio donde acontecen las historias de otras mujeres; allí están las interpretaciones literarias a mujeres como Sor Juana Inés de la Cruz, a deidades como la Coatlicue y a figuras de leyenda como “La Llorona”.

    Bernardo Esquinca, el otro antologador de este primer tomo del proyecto editorial que es publicado por Almadía, aventura que quizás lo que está sucediendo en este volumen y lo que refleja en los años de historia que abarca, es que la mujer aparece más como una víctima y no tanto como una protagonista.

    “Aparace como víctima no como la autora que puede relatar el hecho; la mujer que aparece aquí, aparece como una víctima, ‘La Llorona’ misma es una víctima o Sor Juana, incomprendida en su tiempo y que se sigue pareciendo; la Coatlicue, que es una deidad enterrada, negada por los españoles y desenterrada para Alejandro de Humboldt -que eso no sale en el relato pero lo sabemos-; y vuelta a negar como decía Eduardo Matos de las piedras negadas, fue una deidad femenina negada durante muchos años. Eso podemos sacar como reflexión, la mujer aparece como protagonista víctima pero no tanto como la mujer escritora que podía apropiarse de un tema y narrarlo”, señala Bernardo Esquinca.

    Hay grandes cronistas mujeres

    México no tiene una Ann Rice ni una Patricia Highsmith ni una Mary Shelley que creara una de las historias más aterradoras del siglo XIX; los relatos de terror o miedo, en general, son un género practicado por varones. Sin embargo, y aunque son muy pocas, hay escritoras mexicanas que a lo largo del siglo XX han ejercido ese género terrorífico.

    Allí están Guadalupe Dueñas, Inés Arredondo y Amparo Dávila, tres de las cuentistas mujeres que indagaron en el relato de horror aunque no lo hayan situado en la ciudad de México, que es por mucho la ciudad de ciudades y el gran territorio narrativo por sus calles y casonas llenas de historias, por su pléyade de fantasmas y leyendas que la habitan.

    Vicente Quirarte, quien es un apasionado de la ciudad de México y su gran cronista, y además es un amante del relato de horror y los personajes fantásticos, asegura que en nuestro país, aunque no se puede hablar de un relato fantástico hecho por mujeres, sí hay escritoras que han abrazado ese género. “Hay una escritora que ha empezado a ser recuperada, Laura Méndez de Cuenca, tiene un cuento llamado Catalepsia, evidentemente heredado de Edgar Allan Poe, ella fue traductora de Poe, tradujo Annabel Lee; es un cuento que no transcurre en la ciudad de México, por eso lo dejamos fuera, pero sí, es una mujer que cultivó el relato de miedo como también lo cultivó Amparo Dávila, Guadalupe Dueñas que es autora de Mariquita.

    Quirarte también afirma que cada vez son más las mujeres cronistas, como lo confirma la antología que hizo Darío Jaramillo sobre la crónica en América Latina. “Pero para pensar en nuestro mexicano domicilio de mujeres que escriben sobre la ciudad, por supuesto está Cristina Pacheco con su ‘Mar de historias’ aunque el horror del que habla es cotidiano y real, o Josefina Estrada con su libro sobre el Semefo, un enfrentamiento brutal con el horror de la muerte violenta y de los cadáveres, o el libro que acaba de terminar sobre Bogotá; se trata de textos urbanos de un horror cotidiano y real”.

    Bernardo Esquinca acota: “La realidad es que no existe una escritora mujer que hubiera recreado estas leyendas del XIX o de La Colonia, no encontramos a alguna, en el primer tomo está Bibiana Camacho una escritora de los 70; si tú ves lo que hacen sus contemporáneas, te darás cuenta de que no abordan el relato fantástico ni aparece la ciudad de México, tienen una visión más cosmopolita.

    Bibiana Camacho, con su texto Espejos, es la única escritora que aparece en este primer tomo de Ciudad fantasma “Un ejercicio muy de lectores que rinde un homenaje de amor a la ciudad de México y de amor a lo sobrenatural”, como lo definen Bernardo Esquinca y Vicente Quirarte.

    Si en este primer tomo aparecen textos emblemáticos como Fiesta brava de José Emilio Pacheco, La Llorona de Artemio de Valle-Arizpe, La cena de Alfonso Reyes, Teoría del Candingas de Salvador Elizondo, que son un gran homenaje a la ciudad de México, en el segundo tomo que preparan los dos escritores para 2014, también con Almadía, destacarán textos de Inés Arredondo y Carlos Fuentes, quienes darán su propia visión de esta gran urbe fantasma y que en conjunto agruparán 29 visiones.