Educación de calidad, una prioridad

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Por: Manuel Olvera Sánchez

En principio diremos que la educación es el recurso más importante para el desarrollo de los pueblos, pues en los hechos queda completamente claro, que en la medida en que la educación forme a mejores generaciones, se logrará una sociedad donde la armonía, igualdad, calidad de vida, y paz social se cuente con una mejor calidad de vida.

Pero para que exista lo anterior debe existir una educación de calidad, donde el conocimiento vertebrado con el fomento de valores, resulta fundamental; porque no hay que ignorar que la formación del ser humano resulta un quehacer sustantivo para dar vida a una sociedad que supere los grandes problemas que se generan, como son los casos del crimen organizado, corrupción, autoritarismo, impunidad y desigualdades, que laceran a las clases sociales marginadas.

La Reforma Educativa puesta en marcha en nuestro país, con la finalidad de mejorar la calidad de la enseñanza es un acuerdo de amplias dimensiones que debe orientarse, a los fines antes mencionados, restando tan sólo armonizarla con la clase laborante, padres de familia y a las instancias involucradas en el tema.

Todo lo expuesto cabe recordar que en nuestro país se ha tomado como tarea en el devenir de los tiempos, sin embargo, uno de los factores que han impedido el desarrollo de nuestro país, es la falta de una  educación de calidad que abra las puertas del progreso y consecuente bienestar de la población, se ha frustrado debido a la frecuencia de reformas que respondan a los retos que se enfrentan; pues ellas han centrado a los cambios de sexenio gubernamental.

Los resultados negativos de lo anterior están a la vista, tomando en cuenta los bajos índices de calidad, situación que generara que el actual gobierno federal haya tomado la determinación de elevar la calidad de la enseñanza en base a la reforma puesta en marcha, la que dicho sea de paso, debe ser sistemáticamente evaluada, y reorientada, en los casos en que se observen fallas, errores, y desviaciones a la meta propuesta.

Bajo esta visión el gobierno federal retoma la rectoría de la educación, también deberá asumir su compromiso y deber, de elevar y orientar la educación por el rumbo que responda a los retos de los tiempos; compromiso que no deben dejar de lado los gobiernos en turno; porque las experiencias que se generen, deben utilizarse para ir sentando nuevas bases, y políticas, encaminadas al fin central que radica en el desarrollo y bienestar.

De hecho como en toda actividad, no deben ignorarse las experiencias y logros en otros países; que en base a sus políticas implantadas han logrado avances importantes, para su desarrollo en todos los órdenes.

En lo relativo a los logros en otros países en el campo educativo vale señalar, como uno de los ejemplos el caso de Finlandia; pues este país pese a sus limitaciones en lo referente a recursos naturales, y demás factores necesarios para el desarrollo y fortaleza, deben tomarse en cuenta.

Con relación a México no debemos pasar por alto que tomando en cuenta nuestros recursos naturales, ubicación geográfica y diversidad de oportunidades para mejoras, deben adaptarse a cada una de las regiones del país.

Retomando el caso de Finlandia, debemos señalar como antecedente, que al término de la segunda guerra mundial, ésta era una nación que en términos reales, sus indicadores de pobreza eran algo importante.

Con el correr de los años los ciudadanos y sus autoridades han logrado establecer una economía fuerte y esto no se debe básicamente a que fueron creando instituciones públicas con estándares de calidad internacionales, tampoco a su buen sistema de salud e incluso a su capacidad de innovación sino que su elevada calidad de vida obedece simple y llanamente a su sistema educativo.

A estas alturas el pueblo finlandés y sus autoridades tienen muy presente que solo a través de la educación serán mejores, continuando y fortaleciendo un sistema educativo gratuito con el agregado de la inversión en el campo de la investigación, y el desarrollo de nuevos productos.

En Finlandia apuestan que tener buena educación es tan sencillo como tener buenos maestros, que mantienen estándares de calidad que se evalúa de manera permanente a toda la plantilla docente, e incluso dentro de su legislación en materia educativa contempla como un requisito básico, que  para dar clases en primaria se debe  tener acreditada una maestría en educación.

Lo antes expresado es algo que se contempla ya en la Reforma educativa de nuestro país; pues evaluar a los docentes, ofrecerles capacitación continua y ubicarles en el campo donde sus capacidades y preparación respondan a los desempeños que se le asignen, como paso fundamental para fortalecer al sistema educativo.

Abundando sobre la educación en Finlandia cabe decir, que desde hace algunos años, ha ocupado los primeros sitios en la aplicación del examen PISA (Programa internacional para la evaluación de estudiantes), pues en la última evaluación de los países europeos fue el mejor clasificado, incluso con una puntuación similar a los países asiáticos más exitosos como Corea o Singapur.

La comunidad de Finlandia parte de la idea que para contar con buena educación se debe tener un gobierno que no sea corrupto, y que los recursos públicos se inviertan en educación, al mismo tiempo que desarrollaron el sistema WILMA que permite interactuar a los padres de los alumnos y a los maestros.

Bajo esa visión dedujeron que si bien es cierto la inversión en educación era prioritaria para su desarrollo económico, tenían que buscar el cómo direccionar dichos fondos,  para lo cual crearon tres instituciones dedicadas a canalizar la inversión estatal en investigación y desarrollo, siendo lo más novedoso la Agencia Nacional de Tecnología, a través de la cual el gobierno ha sido promotor de la innovación tecnológica.

¿Pero a qué se debe el éxito del sistema educativo finlandés?, ¿que tiene el sistema educativo finlandés que no tenga el mexicano ni ningún otro?

Lo cierto es que para dar una razón es un caso complejo, porque incluso el factor económico no es el que marca la pauta, ya que incluso según datos de la OCDE  en el año 2010 estaban invirtiendo 9.162 dólares por estudiante en secundaria, cuando España invertía 9.608 por alumno.

Derivado de lo anterior lo cierto es que el éxito del sistema educativo finlandés radica principalmente a que han creado un sistema educativo que les permite que ningún alumno sea excluido. En la próxima colaboración abordaremos sobre los padres de familia y la preparación del profesorado finlandés.

La visión que tenías sobre mí, no la defraudare, eso me fortalece aún más, serás ese impulso para lograrlo.

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