4T: PROPUESTAS EDUCATIVAS

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

Paulatinamente, los candidatos a la gubernatura   van fijando   objetivos comunicándolos  en ambientes algunas veces  poco propicios para ellos dada la singularidad de sus audiencias. La mayoría de ellos, obviamente, lo hace para ganar votos en barrios y colonias “raspando” los territorios. Hoy el tiempo es oro y exige claridad en los planteamientos, concreción, propuestas dignas de ser realidad. Y más allá de los buenos deseos, conviene que las proyecciones de trabajo tengan bases creíbles, demostrar de entrada que no son ocurrencias de temporal sino parte fundamental de una agenda que responde a los intereses de Colima en forma fehaciente.

En artículo anterior, escribí cómo nuestra educación transcurre con muchos contratiempos, agravados por la pandemia. Dije que México atraviesa un rezago en relación a lo que ocurre con la educación en otros países, en los que se han puesto de acuerdo sobre las políticas   que deben impulsarse para generar desarrollo y riqueza. Países en la ruina tras la segunda guerra mundial, son hoy potencias económicas respecto a las cuales vamos a la zaga pues lo que producen tiene más valor en el mercado global. En esos países, por cierto, se aplica la ley a raja tabla, siendo esto parte de su éxito (Singapur).

En el país,  seguimos padeciendo, y aquí no es la excepción,   mala planeación educativa, sindicalismo pernicioso pues los “líderes” (algunos mega ridículos), están absortos en conseguir puestos de representación popular y protegen a gente que no trabaja pero que sí cobra muy bien. Además, hay que luchar fuerte contra los efectos de la pandemia y contra todo tipo de carencias.  Cada gobierno, para acabarla de amolar, echa atrás lo que el anterior construyó tirándose a la basura miles de millones de pesos. Una minoría magisterial, por   cierto,   se olvidó de los niños y se alejó de su vocación original. Una mayoría se jubiló.

La pandemia arroja cifras escalofriantes  sobre el abandono de las aulas, vocaciones truncadas por necesidades familiares o por decisiones individuales apresuradas y equívocas. También, otra causa grave es el conocimiento escaso o nulo en el uso de tecnologías por parte de maestros, alumnos y padres de familia. Hay también  datos acerca de que cientos de miles de padres de familia no pueden proveer a sus hijos de televisión, tablets o celular.

Frente a este reto,  los gobiernos de la 4T se quieren poner las pilas. De acuerdo a la ley General del Sistema para la Carrera de Maestros y maestras,  han previsto instalar mesas de diálogo entre  autoridades educativas locales y  sindicatos para asignar las plazas docentes, se eliminan exámenes de diagnóstico para acceder a una plaza y mantenerse en ella, se da preferencia a los egresados de las escuelas normales, de la Universidad Pedagógica Nacional y de los Centros de actualización del magisterio para tener una plaza de docente en el servicio público educativo y se elimina la evaluación diagnóstica para obtener becas y estudiar una maestría o doctorado; pueden solicitarse al tener tres años de servicio.

Con ese entramado administrativo, en Colima, la candidata Indira Vizcaino, en charla con el Círculo de analistas el viernes antepasado, a pregunta que le formulé respondió que hay varias propuestas para mejorar la educación mediante la construcción de un modelo que comprenderá, entre otras cosas,  la incorporación de educación financiera en el nivel primario, mejoría de infraestructura y aumento  de espacios; el establecimiento, como principio, de pilares, de “una escuela para todos”, una educación para la justicia. Indira propone, en el contexto de la 4T,   convertir  los espacios educativos en lugares inclusivos para todos aquellos que quieran aprender y “encontrar respuestas a sus preguntas, preocupaciones y necesidades”.  Una educación para la reconstitución de la memoria y la identidad, el fortalecimiento de nuestra “ historia,  la geografía, la filosofía y el conocimiento de nuestra sociedad para aprender de “nuestra experiencia como colectividades, reconociendo nuestras necesidades y formulando propuestas de presente y futuro”.

Esa “educación para la libertad” se centra  en la equidad,  formula mejorar las condiciones de acceso y permanencia a la educación a aquellos grupos de la población mexicana que menos acceso a la oportunidades educativas han tenido: mujeres, poblaciones rurales, indígenas y en situación de marginación y pobreza.

Respecto a la educación para el bien común, se resalta “el conocimiento y la práctica de la solidaridad, la convivencia armónica, la tolerancia, el respeto a sí mismo y a los demás, la búsqueda de una vida digna, en paz y libertad. Esto, en consonancia con la Ley de Educación y el gobierno de la 4T.

Y  como  “medidas urgentes,  la 4T propone y aplicará en Colima,  si llega Indira a gobernadora, a) la erradicación del analfabetismo, b) generalizar la gratuidad en todos los niveles educativos, c) otorgar becas de transporte y manutención a alumnos en comunidades de alta y muy alta marginación, d) establecimiento de comedores y albergues escolares, e) dar útiles, uniformes y materiales a los alumnos de educación básica, f) crear un programa de estímulos laborales a mayores de 15 años sin educación básica, g) construir infraestructura educativa en comunidades marginadas de acuerdo con sus necesidades, h) fortalecer la secundaria y el bachillerato, i) dar acceso a educación superior a quienes aspiren y estén en capacidad de hacerlo, j) crear un programa de prevención y erradicación de riesgos y de violencia en las escuelas, y k) establecer internados para quienes enfrenten violencia o desintegración familiar.

O sea, todo un reto en educación es el que existe en Colima. Ambiciosos son sin duda estos propósitos sexenales. Por estos días, la candidata morenista refrendó la aplicación de un modelo educativo elaborado por el gobierno de la 4T, que ella hace suyo en espera de lo que decidan las urnas en la elección siguiente.