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UNIDAD CONTRA TRUMP ¿Y POR MÉXICO, CUANDO?

Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca

que no asistiré a la reunión de trabajo

programada para el próximo martes con el @POTUS

Twitter. @EPN.

Por: Noé Guerra Pimentel

Así con 24 palabras en 140 caracteres el presidente Enrique Peña Nieto anunció este jueves 26 la cancelación de su reunión con Donald Trump programada para el próximo 31 de enero en Washington, luego de que esa misma mañana el presidente estadounidense amenazara con cancelar dicho encuentro si México insistía en su negativa de no pagar -la prolongación- el muro en la frontera. Acción diplomática del titular del poder ejecutivo mexicano que motivó reacciones de adhesión en muchos ámbitos, tanto de diversos actores políticos aun influyentes como los expresidentes panistas –¿Y los expresidentes por el PRI?-; como del poder legislativo –faltó el judicial-, de los dirigentes partidistas, incluidos los de oposición; sectores productivos como el empresarial a través de diferentes cámaras –faltó el COPARMEX- y el social –salvo el clero mexicano, sobre todo el católico, en sus diversas iglesias- como de grandes empresarios connacionales entre los que destacó Carlos Slim, así como de líderes internacionales.

Manifestación en la que no se podían quedar atrás los gobiernos estatales de la república mexicana, como no lo hizo el de Colima que el mismo 26 por la noche convocó a diversos actores, la mayoría representativos de la sociedad civil entre las cabezas de los otros poderes, presidentes municipales y las fuerzas armadas, para compartirles la solidaridad del gobierno que encabeza con la reactiva decisión del Presidente, actitud   plausible con la que sin duda la mayoría de los colimenses nos sumamos, no solo por su oportunidad sino por el mensaje de unidad nacional que se envía al exterior y que ineludiblemente, por lo menos en percepción, nos fortalece como Estado-Nación en el concierto internacional de las naciones y en mucho se corresponde a la mayoría de las manifestaciones que a favor del pueblo de México y la hasta ese día inédita actitud del Presidente, espontáneamente, a nombre de sus respectivas naciones han hecho los más influyentes líderes mundiales, entre los que con otros se cuentan Alemania, China, España, Inglaterra, Venezuela y Ecuador.

Una reacción, la internacional, sobre todo la de las grandes economías o por lo menos las más estables, que más que por solidaridad con nosotros o el gobierno de Peña Nieto, en mucho se abren en defensa propia como respuesta a la agenda déspota, violatoria, imperialista, monopólica, racista y xenófoba, encubierta en supuestas políticas sociales a favor del empleo, el crecimiento económico, la seguridad pública y el control fronterizo estadounidense, de la que nuestro país se ve como su rival, el más débil, o mejor dicho, como su primera víctima acosándonos, arrinconándonos con la frívola e informal pero efectiva “diplomacia del tuit” que desde antes de llegar a la oficina oval indiscriminadamente dirigió contra nosotros el cuestionado e irresponsable, ahora empoderado y como tal muy peligroso, sexagenario y voluble empresario-presidente norteamericano.

Hasta ahí todo bien, bien por los involucrados, bien por los incluidos en la convocatoria local, bien por lo que se pudiera lograr pero -¿Otra vez el “pero”?- aparte de eso, de esa posición de solidaridad ¿Qué más se hará? ¿Bastará con eso? ¿Trump se apanicará y cejará en sus agresiones en nuestra contra con la presunta unidad nacional en torno al Presidente? ¿Lograremos hincar a Trump con los millones de tuits, de memes y las banderitas virtuales que muchos usan en sus perfiles como defensa de la mexicanidad? ¿No hará falta una propuesta consistente por parte de los municipios y de los estados de la federación? ¿No será necesaria una definición concreta en la que el presidente se apoye, sienta que no está solo y ahora sí, con el respaldo y la fuerza ciudadana sepa qué hacer frente al tiburón que amenaza con devorarnos? Si la hay ¿Cuál es?

Pero además de eso ¿Qué más hacer? Sin duda trabajar en la correspondencia y en la congruencia; correspondencia como reciprocidad y sensibilidad política para con México y congruencia como respuesta al compromiso que en términos de bienestar se nos sigue escamoteando a los mexicanos. Si bien en este momento estamos irritados por las amenazas y arteros golpes del chivo en cristalería que manda en Estados Unidos, como sociedad también estamos dolidos por las políticas alcistas de especulación y carestía, aunadas a la falta de una efectiva estrategia de seguridad, omisiones que en muchos sentidos nos vulneran y asolan, esas con las que el gobierno de Peña Nieto nos ha agraviado, sin olvidar los graves actos de impune corrupción, las ofensivas prebendas y los groseros sueldos que intocados mantiene la alta burocracia mexicana, la misma que insensible obra de espaldas a un pueblo que sin ser escuchado se manifiesta y levanta la voz clamando para que los muchos de quienes hoy se reúnen y pronuncian contra Trump, en elemental congruencia también lo hagan por este mismo México que somos todos.