El Derecho a Elegir el Apellido de tu Hijo

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La Panga 

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

Una de las aprobaciones en lo que va de la actual Legislatura local que debo de aplaudirles es aquélla que se aprobó en la que en las actas de nacimiento que expidan los diferentes municipios del estado, los apellidos de los hijos serán determinados de manera conjunta por el padre y la madre. Y es que está Reforma al artículo 58 del Código Civil del Estado de Colima, señala que el orden de los apellidos que sea asignado para el primer hijo o hija deberá prevalecer para los posteriores que generen los mismos padres.

El diputado independiente Nicolás Contreras declaró el día de ayer a los medios de comunicación que antes de la Reforma del Artículo 58 se violentaba la Igualdad de Género, al establecer una discriminación sin justificación alguna, pues de manera automatizada se le ponía el apellido paterno y materno respectivamente,.

Ahora yo quisiera de manera respetuosa pedirle un plus a nuestros legisladores, y es en torno a que las madres solteras o aquéllas divorciadas o mujeres abandonadas tengan la facultad de ir el apellido paterno si se comprueba omisión de cuidado o violencia intra familiar, de tal forma que los desobligados no tengan reconocimiento legal e incluso se nos de la opción de elegir que nuestro hijo no lleve incluso el apellido del padre, solamente pueda conservar los dos apellidos de la madre.

Y se preguntará usted querido lector por qué mi posicionamiento, no quiero que se tome como un acto feminista barato de tercer mundo, quiero que se haga una profunda reflexión acerca de la mujer que enfrenta sola todas las vicisitudes de la vida para sacar adelante a sus hijos y lo único que conservan del padre es el apellido, refiriéndome a tanto vaquetón, sinvergüenza, barbaján, desobligado, poco hombre que se dedica a engendrar hijos como si fuera lo mismo que sembrar papayas y ya una vez en el campo fértil las deja abandonadas a su suerte. Y no estoy diciendo que se le quite el castigo penal por la omisión de cuidados y la violencia, sino que además nos den este beneficio a las mujeres para poder tomar las decisiones libres sobre la vida de nuestros hijos, sino tener que consultar o pedirle una firma a un desobligado que ni en lo económico ni en la salud, ni en lo emocional ni en la presencia física está con nuestros hijos.

Aquí está como decía mi abuela doña Juana Rocha “al que le quede el saco que se lo ponga y si se le va a abrir que se lo abroche”.  Esperemos pues que los tribunos endurezcan los castigos en contra de los padres que incumplen con sus obligaciones. Lo menciono, por aquéllas mujeres que son padre y madre, porque no les dejaron otra opción,  pero además, tienen que enfrentarse a la incertidumbre legal, a la falta de recurso para pagar un buen abogado, y por si fuera poco, a un grupo de jueces que actúan y aplican las leyes, la mayoría de las veces, de una manera machista que nada tienen que envidiarle al Santo Oficio, y que pareciera que están diseñadas para perjudicar a las mujeres.

Estamos en el tiempo en el que las reglas cambiaron y ahora la nueva percepción de las leyes es que hombres y mujeres somos iguales, por lo tanto, nos llena de satisfacción que los legisladores de Colima se hayan adecuado a los nuevos tiempos, pues esta es la época de la igualdad de género, de la igualdad de oportunidades, la era en donde las mujeres tenemos la oportunidad de crecer, de no dejarnos y dejar de una vez por todas atrás  aquéllos estigmas que padecieron nuestras madres y nuestras abuelas, en las que en las casas se hacía lo que los hombres dictaban y decían.

He sido crítica en muchas ocasiones con los representantes del Poder Legislativo en el estado, sobre todo, a la hora de cuestionar aquéllas leyes en las que no estoy de acuerdo. Este es el momento de reconocerles que actuaron de manera adecuada en el tema de que sean los padres los que definan el orden de los apellidos de los hijos y no sea por mandato machista como sucedió en el pasado.

Enhorabuena por estas nuevas leyes que reflejan los nuevos tiempos que estamos viviendo. Bien por el Poder Legislativo y también hay que reconocerle al gobernador Ignacio Peralta, quien desde el Poder Ejecutivo ha venido impulsando las nuevas leyes que reclama el Colima de nuestros días, un Colima moderno que tenga un sistema de leyes que responda, realmente, a las necesidades de nuestro tiempo.