“Verdad de Dios quisiera uno quitarse la vida, esto no es vida”: Ana María

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Edgardo Zamora|COLIMANOTICIAS

Colima, Col.- Ana María Trujillo Oceguera tiene 63 años de edad, camina desde la colonia Nuevo Milenio por las calles del centro de la capital colimense rumbo a la Cruz Roja y la gente la mira extraño, ya que su hijo tiene deficiencia mental y lo traslada en silla de ruedas.

El muchacho lleva las piernas hacia arriba y emite gruñidos. A éste le diagnosticaron desde su nacimiento crisis expansivas, mucha energía y recientemente cataratas.

“Verdad de Dios quisiera uno quitarse la vida, esto no es vida”, dice ante la situación que atraviesa.

La mujer está sola y desesperada, denuncia que ha recibido indiferencia por parte de trabajadores de dependencias gubernamentales, de asistencia social y del mismo Gobierno Estatal, pero que ella nunca dejará a su hijo.

“He ido a buscar a Mario Anguiano (gobernador de Colima) y nunca está, he ido al DIF estatal donde me daban 250 cada vez que querían… ahorita tienen 8 meses que no me dan nada”.

Ana María mencionó que a su hijo le recetaron medicamentos: Atemperator de Magnesio, Fenitoina y Sinogán, pero refirió que ninguno le sirve.

“Tanta pastilla y sigue igual, tengo que llevarlo al neurólogo, fui al Centro de Salud de Avenida 20 de Noviembre, para que me lo atendieran de las cataratas y me dijeron que no había lugar, me desesperé y me fui”.

Además, la mujer tuvo que comprar el medicamento Sinogán, luego de que la encargada no le dio receta médica, ya que argumentaba que sólo era hasta las 3:30 de la tarde. “Nada más haría receta y no quiso”.

Otra situación de indiferencia fue que hace siete meses acudió al Centro de Salud para que el oculista le diera un pase, pero le expresaron que no había lugar.

Desesperada, llora y dice que no pedirá limosna porque le da vergüenza y si la gente le puede apoyar ella lo recibirá con los brazos abiertos, por lo que otorga el teléfono 312 119 35 21.

“Llevar a mi hijo con un doctor particular, tal vez sería mejor”.

Ana María tuvo dos hijos y una hija aparte del que está enfermo, pero estos no le apoyan.

“Dos están casados, la otra no está aquí (en Colima); el único que me apoya me da entre 250 y 300 pesos a la quincena, pero no me alcanza”.