Un día sin mujeres, la manifestación más grande contra la clase política…

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La Panga

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

Tras el lamentable suceso de la niña Fátima Cecilia que se diera en la municipalidad de Xochimilco en la CDMX, desde su desaparición, hasta que fue localizado su cuerpo sin vida, millones de mexicanos dieron seguimiento puntual a esta noticia que consternó a todo México y fueron las redes sociales las que saturaron de información tras compartir noticias, fotos, actualizaciones y alertas con la finalidad de encontrar a la pequeña y fueron los tuits y los posteos en diferentes plataformas digitales las que de manera enérgica condenaron el que esta niña haya sido expuesta a la violencia, por una omisión de sus padres al no acudir puntualmente a la escuela.

Pero el tema de los feminicidios y de las diferentes modalidades de violencia contra miles de mujeres de todas edades en nuestro país, ya rebasó los límites de la resignación, del letargo jurídico que hoy en día no permite que las mujeres en diferentes puntos del país, transiten de manera segura, con la garantía de que saldrán de casa y regresarán con bien.

Y es desde las muertas de Ciudad Juárez, localidad del estado de Chihuahua que durante años fue considerado el sitio más inseguro para las mujeres, donde las activistas iniciaron su odisea, donde Cristina Michaus reconocida actriz, guionista y directora de algunos proyectos de cine, realizara un cortometraje donde detallaba desde hace poco más de dos décadas la realidad de la violencia contra cientos de mujeres desaparecidas en esa región del país y llevó a la pantalla grande el tema que durante años ha sido su bandera de lucha, Las Muertas de Ciudad Juárez que son una muestra de lo que les sucede a las mujeres en nuestro país. este filme que fue visto en los Estados Unidos y en diferentes partes de Europa, siendo España el país donde más difusión se le dio, solo comprobó una realidad más cruda aún, México estaba escalando a una nueva forma de violencia contra las mujeres, la más cruda y la más común en otras sociedades denominadas de primer mundo, me refiero amable lector, lectora al feminicidio.

Desde ese entonces, todos dijeron estar preocupados por la vida segura de las mujeres en México, perro las estadísticas que muestra el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) nos muestran que año con año, las cifras de muertes por feminicidio van en aumento y mientras en una región que estaba situada como indicador rojo se trabaja para tener otros resultados, nuevas municipalidades encabezan las estadísticas de violencia contra las mujeres sin que nadie hasta el momento, haya encontrado la solución de raíz a este problema que ha causado tanto dolor en los hogares mexicanos.

Casos de mujeres que jamás regresaron de la escuela o del trabajo o simplemente salieron a divertirse, de aquellas que eran víctimas de violencia física por parte de sus maridos o parejas y terminaron muertas a golpes, aquellas que fueron ultimadas por cuestiones pasionales, miles de mujeres sometidas a violencia psicológica, verbal, económica y sexual y los casos más aberrantes, aquellos en los que las niñas son ultrajadas y brutalmente asesinadas sin que nadie de los que hacen leyes reaccionen, sin que salgan a protestar los representantes del pueblo y exigir una vida más segura para todas y cada una de nosotras. 

Recuerdo haber visto no hace mucho tiempo a las legisladoras federales de forma energiga portar pañuelos verdes, defendiendo el tema del aborto y tomándose las fotos para las redes sociales con sus hijos en brazos. ¡Cuánta falsedad hay de parte de quienes legislan si teniendo históricamente el 50 por ciento de representación en el Senado, en el Congreso de la Unión y en los congresos locales, no se ponen a trabajar de manera enérgica para reformar leyes, endurecer penas a feminicidas y agresores, diseñar estrategias que funcionen para realmente empoderar a las mujeres y políticas públicas exitosas que garanticen que las mujeres pueden transitar libres y seguras por la calle, salir del trabajo, de la escuela, ir a una fiesta y no engrosarán la lista de desaparecidas que días después encontrarán ultrajadas y sin vida en una brecha, en un predio, en una casa de seguridad!

¿Cuántas mujeres más necesitan perder la vida para que los tres poderes y los niveles de gobierno puedan trabajar de manera coordinada y sin limitaciones de carácter económico en un tema que diariamente ocurre en alguna parte de nuestro México?

Por eso la respuesta del pueblo de México hacia la clase política es dura, el reclamo escaló a tal punto que a través de las redes sociales activistas están convocando a un paro nacional éste próximo 9 de Marzo, durante el marco del Día Internacional de la Mujer bajo el hashtag ·Undíasinmujeres .

Y se preguntará usted ¿Qué se propone?  que mujeres y niñas no salgan a la calle, no compren nada, que las niñas no vayan a la escuela, que las mujeres trabajadoras no asistan a sus empleos, que no se usen servicios de plataforma por celular como pedir taxis, medicamentos a farmacias o comidas rápidas.

Si estas acciones no hacen reaccionar a nuestra clase política, si en lugar de despilfarrar recursos en becas, en regalar millones como gesto de buena voluntad tal como le sucedió a Elena Poniatowska, si no se invierte en educación, salud, seguridad pública, si no se destinan recursos para trabajar estas graves problemáticas que cuestan vidas, no podremos las mujeres tener la garantía de que algún día transitaremos en un mundo libre de violencia. Al tiempo.