Por: Gustavo L. Solórzano.
Cuando dos personas se disgustan fuertemente, suele pasar que ambas expresan su inconformidad de manera extrema. Es decir, es tal la molestia, que se dicen cosas que en realidad están muy lejos de sentir. Lo anterior se da principalmente cuando la inmadurez del niño herido, la falta de sanación, reactiva mecanismos de defensa que generan reacciones tóxicas. Es como la reflexión del papel arrugado, después, por mucho que se quiera alisar para regresarlo a su estado anterior, no es posible. Por ello, es necesario entender que el deseo de ganar, imponer un criterio o demostrar poder mayor que el del “otro”, existe desde la creación del ser humano y que lo que decimos, queda plasmado en el archivo de cada persona.
A veces pasa que podemos olvidar lo que no dijeron, más no siempre la forma en que nos sentimos cuando escuchamos algo desagradable. Naturalmente esto sucede en todas las formas de relacionarnos. Nos guste o no, lidiamos cada día con los demonios de muchas personas apasionadas, irascibles, olvidadas de sí mismas, doble cara, convenencieras, cerradas, desleales, violentas, víctimas, y muchos etcéteras más. Luego entonces, caminar con pies de plomo es la tarea, pues estamos expuestos a la inconsciencia del lado oscuro de personas que ni ellos se conocen en su faceta agresiva.
Hoy como muestra, le comento el caso de los políticos o de sus apasionados seguidores, que no de la política. No todos, claro está, muchos conocedores de los políticos y de la política, son personas racionales, respetuosos, ecuánimes y buenos ciudadanos, pero bueno, alguien tiene que hacer el trabajo sucio, enlodando procesos y para eso, tristemente sobran ciudadanos que por unos pesos, pierden la dignidad.
Y luego pasa que en ese apasionamiento se desbordan las aguas y salen a relucir las ofensas, los gritos desesperados y todo el cochambre interno individual. “Hay que ganas a como dé lugar”, dijo un conocido, cuyo nombre omito “para no entorpecer las investigaciones”, dijo la Licda. Chely a manera de broma.
De manera natural cada persona vela por sus intereses, solo Dios y ellos saben que pasa por su mente, a veces solo Dios, cuando descalifican, ofenden, y agreden sin ton ni son. Antes, dicen los que saben, que los candidatos eran designados con el dedo, y que incluso de un día para otro cambiaban, “tú siempre no, ira fulano de tal en tu lugar”. Infartados, en algunas ocasiones, amenazados en otras, e incluso, cuenta la gente, desaparecidos, era la forma de tomar decisiones para las candidaturas. Desde luego, está la compraventa de las mismas, un compañero que tenía interés de participar le ofrecieron una regiduría en 150 billetes de a mil.
No tuvo dinero, se quedó con las ganas, y así, muchos otros suspirantes buscan la oportunidad de servir-se, reitero, debe ser hermoso vivir bajo la sombra del presupuesto, “sin hacer otra cosa que puro descansar” (Oscar Chávez).
“La paga para los políticos que ganan es buena”, decía mi compadre Cruz, “por eso hasta se matan”, afirmaba.
Ni violentos, ni abusivos con su autoridad, ni corruptos, gente que viva de manera holgada, es decir, no necesitadas o amigos de lo ajeno, y menos repetidores que poco o nada hicieron, son requerimientos indispensables que deberían tomarse en cuenta para promover a un político. Lamentablemente no siempre sucede y la sociedad paga las consecuencias, caras nuevas, servidores probados.
Por cierto, sorprendió la conductora Adela Micha con su video en relación a la repartición de candidaturas plurinominales del pan, pri y prd a nivel nacional. Pues resulta, dice ella, “Volvieron a vernos la cara” y agrega “que como partidos son más parecidos a un sistema de compadrazgos y castas que a un régimen democrático”. Lo delicado de esto es que “con sus acciones” señala la conductora, “los acusa de no representar a nadie más que a ellos mismos”. ¿Cómo ahí que? Dijo doña Tere, mi vecina. Se me acabó el papel, es cuánto.
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