TAREA POLÍTICA

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FIN DEL MITO

Por: José Luís Santana Ochoa

A ver si el guerrerense Nabor Ochoa López tiene con la segunda paliza electoral consecutiva que los muy politizados, conocedores y decididos porteños le propinaron el domingo anterior. La primera fue el primer domingo de julio de 2012. Durante todo el nefasto sexenio anguianista, el hijo de Doña Nico vivió del cuento de haber hecho gobernador del estado a su “hermano” Mario Anguiano Moreno, supuesto valioso servicio que le cobró con creces al grado de haberse convertido en el vicegobernador de la zona costera del estado. Apantallador de ingenuos , el auto denominado dueño de la plaza política de Manzanillo embaucó al candidato del presidente Peña, el Secretario Videgaray, el ex gobernador Moreno, el gobernador Anguiano y el editor Sánchez, José Ignacio Peralta Sánchez, quien cometió el fatal error de imponerlo como su coordinador de campaña en el Segundo Distrito Electoral Federal. En las urnas pagó las consecuencias.

Por más que se esmeró, el alcalde con licencia de Manzanillo y diputado federal plurinominal electo con las siglas PVEM, Virgilio Mendoza Amezcua, poco pudo lograr a favor de su entrañable amigo José Ignacio Peralta Sánchez, pues lo que él le tejía por las mañanas, el desleal Nabor Ochoa López se lo desbarataba por las tardes. Hay fehaciente constancia de que en el Puerto sólo Virgilio le jugó derecho a José Ignacio, pero como suele gastárselas el bribón de siete suelas que Nabor es, culpa ya a Virgilio de los malos resultados que JIPS  y sus compañeros de fórmula obtuvieron  en Manzanillo en la reciente elección dominical.

Nabor no sólo hundió al proyecto peraltista en el municipio capital económica del estado, sino que también se llevó entra sus patas al muchacho de Fernando Moreno Peña, el porrillo de poca monta Francisco Zepeda González, quien no solamente clavó el pico sino todo lo demás. Nunca entendió el joven galán el daño que le hizo  el haberse ayuntado con el truculento dueño de la franquicia verde ecologista en el estado, como tampoco el que se auto infligió con sus actitudes soberbias y prepotentes y sus comportamientos impropios  que reprobaron a golpe de votos en las urnas los electores de su municipio el domingo negro, para los priistas por supuesto.

Como aquí se pronosticó que sucedería, el golpe de partido que le propinó al priismo porteño y al del Segundo Distrito Electoral Federal, el ex priista, ex panista y ahora verde ecologista, supuesto amo y señor de la plaza política de Manzanillo, Nabor Ochoa López, al despacharse con la cuchara grande las candidaturas tricolores y verde ecologistas en el Puerto y en otros cuatro municipios, resultó, además de traidor, mortal por necesidad para todos los abanderados priistas que fueron derrotados en forma inobjetable por contundente en la mayoría de ellos. A propósito, para evitar las malas vibras naboristas, los virtuales alcaldes electos de Armería, Ernesto Márquez Guerrero; y Minatitlán Horacio Manzanilla González, deben marcarle una sana distancia, poner tierra de por medio con él, pues si se duermen se los llevará al baile.

En este mismo espacio de opinión periodística se consignó en su oportunidad que el hijo de Doña Nico se le había vuelto a vender a la cúpula priista como hacedor de milagros electorales, igual que en 2009 y 2012, al grado que lo dejaron hacer y deshacer a su antojo no sólo en el municipio de Manzanillo donde desde hace rato ya apesta, sino en los  restantes del Segundo Distrito Electoral Federal donde los electores, por cierto, hicieron morder el polvo a Norma Galindo Matías. Sin embargo, a pesar del desinteresado aviso, Nacho no tuvo el valor de correrlo a escobazos de su equipo de campaña. Las consecuencias de tal indecisión están a la vista de todos.

 

EL ACABO

 

  • El mito de que en la política porteña el mandón era Nabor Ochoa López, fue sepultado de una buena vez y para siempre por la enorme y brava ola azul que el domingo anterior reventó en Manzanillo donde el PAN ganó por barco completo.

 

  • El por tercera ocasión candidato del PRI a diputado local, Sergio Sánchez Ochoa, no debe perder la fe ni la esperanza en llegar algún día al Congreso del Estado. Si Luiz Inácio Lula Da Silva conquistó la presidencia de Brasil hasta el cuarto intento, lo mismo puede lograr el obstinado político porteño. Total, hay más tiempo que vida.

 

  • Tanto quiere el presidente Peña a José Ignacio, que se aventó el tiro de felicitarlo por una victoria electoral aún por concretarse, pues sólo le lleva de ventaja a Jorge Luis 35 centésimas de punto porcentual y aún falta de computar el 13% de las actas de escrutinio.