Si no puedes convencerlos,
confúndalos.
Harry S. Truman.
Por: Manuel Olvera Sánchez
Una de las principales problemáticas que en los dos últimos sexenios estatales hemos vivido los colimenses es el relacionado al tema de la seguridad pública, al grado de hoy en día ser considerado por el gobierno norteamericano como una ciudad no recomendable para visitar por los altos índices delictivos que se cometen a diario en nuestro estado .
Como toda actividad en nuestra vida, el factor económico juega un papel fundamental, ya que con base en la eficiencia recaudatoria será la capacidad financiera en las arcas públicas, trátese de cualquier nivel de gobierno federal , estatal y municipal.
Sin embargo, de nada basta ser una administración pública eficiente en la recaudación, si por una parte no se cuenta con una visión de gobierno comprometida por parte de los gobernantes para con sus gobernados y se privilegian otros intereses por encima de los de la generalidad.
Uno de los principales obstáculos para poder llevar a cabo políticas públicas enfocadas a la prevención de delitos es el ejercicio del gasto bajo criterios nada sanos como lo es la corrupción; hoy en día hemos sido testigos de cómo es del dominio público que el recurso económico ejercido por el actual gobernador de nuestro estado no ha cumplido para los fines presupuestados afectando de manera importante a la sociedad colimense .
Retomando el tema económico para poder llevar a cabo políticas públicas y en particular el relacionado con la seguridad pública, vale recordar que es vital el recurso con la finalidad de aumentar el presupuesto y de esta manera poder contratar elementos de seguridad pública que cumplan con los estándares dictados por los expertos en seguridad pública que es el de 1.8 policías por cada mil habitantes.
Por otro lado, el tema económico toma relevancia, ya que en función al crecimiento económico los índices de personas que se incorporan al campo laboral crecen de manera considerable, razón por la cual la tasa de criminalidad disminuye de manera importante; la discriminación de la ya de por si polarizada sociedad mexicana derivada por la pobreza ha propiciado conflictos en los cuales se cometen delitos que inciden en una convivencia no sana para la sociedad.
Indudablemente que la pandemia del COVID-19 ha marcado un antes y un después, su aparición derivó en detonar aún más un sistema de justicia mexicano podrido y carcomido por la corrupción, las condiciones económicas de por sí lastimadas por los malos gobiernos se agravaron, lo cual propicia una impartición de la justicia que se verá afectada por la baja recaudación de recursos económicos que permitan una impartición de justicia pronta y expedita .
El próximo gobernador o gobernadora deberá trabajar bajo dos ejes: la reactivación económica y presupuesto a la seguridad. En lo relacionado a la reactivación económica, indudablemente que el COVID-19 jugó un papel importante al frenarse de manera considerable el consumo interno, situación que ha derivado en el cierre de empresas; a través de subsidios gubernamentales se estará en condiciones de reactivar la economía a pequeños, medianos y grandes empresarios.
Vale recordar que en lo relacionado a la inseguridad pública es emergente atenderse. Será a través de un fuerte impulso vía presupuesto como se estará en condiciones de contratar el personal de seguridad publica suficiente como lo dictan los estándares internacionales, pero también no se debe descuidar que deberán ser hombres y mujeres con la debida profesionalización con el objeto de garantizar al máximo un desempeño integro en sus funciones.
El tema de la seguridad pública es tan alarmante, que desafortunadamente muchos de los actos delincuenciales son cometidos por jóvenes entre los 18 y 25 años de edad, quienes, por situaciones ajenas a ellos, no tuvieron la oportunidad de tener acceso a la educación básica convirtiéndose en presa fácil del crimen organizado.
Todo indica que las conductas antisociales han contribuido de manera considerable en el sentido de que los crímenes continúen acrecentándose en nuestro estado, las estadísticas así lo revelan, la inseguridad en nuestra Colima no había sufrido un incremento como el vivido en las dos últimas administraciones estatales convirtiendo a nuestra entidad en un panteón y una seguridad pública en ruinas.
Claro esta que Colima requiere un rumbo diferente, una visión en el tema económico y de seguridad publica que ha tocado fondo bajo la indolencia de la actual administración estatal; afortunadamente contamos con un sistema democrático a través del cual tenemos la oportunidad de enviar al basurero de la historia lo que nos ha dañado y el próximo 06 de junio será fundamental para cambiar el rumbo de nuestra Colima.
La visión que tenías sobre mí, no la defraudare, eso me fortalece aún más, serás ese impulso para lograrlo.
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