Propone diputada Lizette Moreno se reconozca dentro de la Ley de Acceso a las Mujeres la violencia simbólica

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*La violencia simbólica puede ser física, sexual y psicológica en la familia, en la que se incluyen los golpes, el abuso sexual de las niñas en el hogar, la violación por el marido, la mutilación genital y otras prácticas tradicionales que atentan contra la mujer.

Alfredo Quiles|CN COLIMANOTICIAS

Colima, Col.-  La Diputada priista Hilda Lizette Moreno Ceballos presentó una iniciativa con proyecto de Decreto para reformar la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Estado de Colima, en la cual propone “se reconozca la violencia simbólica”.

La iniciativa de la diputada Moreno Ceballos propone que la violencia simbólica es todo acto que a través de patrones estereotipados, mensajes, íconos o signos, transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales y culturales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.

Señaló que la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, desde su adopción por la Organización de las Naciones Unidas en 1995, estableció que la violencia puede tener, entre otras, las siguientes formas: física, sexual y psicológica en la familia, en la que se incluyen los golpes, el abuso sexual de las niñas en el hogar, la violación por el marido, la mutilación genital y otras prácticas tradicionales que atentan contra la mujer.

La violencia física, sexual y psicológica al nivel de la comunidad en general, en el que se incluyen las violaciones, abusos sexuales, el hostigamiento y la intimidación sexuales en el trabajo, en escuelas y otros ámbitos, así como la trata de mujeres y la prostitución forzada;

La violencia física, sexual y psicológica perpetrada o tolerada por el Estado, dondequiera que ésta ocurra.

“Con la exposición de los tres ámbitos en los que ocurre la violencia en contra de la mujer, como lo son la familia, la comunidad y el Estado; es importante destacar que dicha violencia no solo se circunscribe a una forma física, sexual y psicológica, ya que también existen otras formas de violencia que no son directamente visibles, pero que indudablemente traen aparejadas consecuencias sensibles para las mujeres

Lizzie Moreno indicó que la violencia simbólica es una relación social donde el “dominador” (el hombre en este caso), ejerce un modo de violencia indirecta y no física en contra de la “dominada” (en este caso la mujer); es decir, no utiliza la fuerza física, sino la imposición del poder y la autoridad; tanto, que sus manifestaciones son tan sutiles e imperceptibles, que inconscientemente es permitida y aceptada por ambas partes”.
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Bajo esta acepción, la violencia simbólica se caracteriza por ser una violencia invisible, subyacente e implícita, que se exterioriza a través de diversos campos como la comunicación, el conocimiento, etcétera; la cual, a través del uso de imágenes, mensajes estereotipados, íconos o signos, transmite y reproduce dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad, expresó la legisladora.

Por ende, dijo, “no se debe confundir este tipo de violencia con la violencia psicológica, ya que esta última produce un daño emocional y una disminución de la autoestima mediante amenazas, intimidaciones y humillaciones, que no colocan a la mujer un plano de inferioridad frente al hombre, sino que solo originan en ella un estado de temor e incertidumbre”.

“De lo anterior, podemos advertir que la importancia de la admisión de poder y la violencia simbólica, son elementos que deben ser tratados y analizados, no solo desde una óptica de la sociología, sino también desde una perspectiva de la ciencia jurídica; toda vez que esta violencia produce esquemas sociales que garantizan el funcionamiento de la sociedad patriarcal, esa que tanto hemos procurado erradicar”

En otra parte de su iniciativa Lizzie Moreno, mencionó que centro de las formas sutiles de la violencia simbólica, “encontramos el denominado “micromachismo”, que se refiere a la práctica de la violencia en la vida cotidiana que, si bien puede pasar desapercibida, refleja la desigualdad de las mujeres respecto de los hombres, la cual, de tanto repetirse, llega incluso a naturalizarse”.

Destacó que algunos otros ejemplos de violencia simbólica acontecen en: los medios de comunicación, esto en revistas de espectáculos, publicidad, programas de variedades, videojuegos, e incluso caricaturas, donde las mujeres son exhibidas con escotes pronunciados, trajes de baño o vestidos cortos, para atraer al espectador. En algunos casos, como en comerciales televisivos, utilizan la imagen femenina bajo el concepto de ama de casa, usando un mandil para perpetuar el estereotipo de género;

La calle, cuando se publicitan a través de carteles colocados en la vía pública, o establecimientos comerciales, la imagen de mujeres con prendas deportivas ajustadas para atraer al cliente.

El lenguaje, cuando se emplean dichos, frases o refranes de carácter sexista, así como aquellos que igualmente perpetúan los estereotipos de género, tales como negar el valor del trabajo doméstico cuando se dice que “la mujer no trabaja, que solo se dedica al hogar”; o cuando hacen callar a una mujer haciéndole creer que su opinión no es importante;

El ámbito laboral, cuando a la mujer no se le reconoce ni valora el trabajo realizado, cuando se le emplea en un cargo bajo subordinación cuando tiene las capacidades y aptitudes para desempeñar un puesto de mayor jerarquía, o cuando por las mismas actividades desempeñadas por un hombre se le pague un salario menor.

En consecuencia, indicó la legisladora, resulta imprescindible contextualizar en el orden jurídico estatal la figura de la violencia simbólica, legislando para tal efecto su inserción como uno más de los tipos de violencia contra la mujer, a que hace alusión el artículo 31 de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Estado de Colima.

La iniciativa se turnó a comisiones para su análisis y dictamen correspondiente.