PERIÓDICOS: CULTURA E IDENTIDAD

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana.

Me refiero hoy a unas reflexiones del médico y escritor Arnoldo Kraus que leí en El Universal  sobre el significado de los periódicos para la vida social, con los cuales  me encontré  a temprana edad, a los 8 o 9 años. Mi padre, buen lector de ellos, tomaba el café diariamente por las mañanas mientras se enteraba de una parte mínima de  lo que acontecía  en Colima, México y el mundo. A la par que leía un diario local, llevaba a su mesa por la tarde el periódico nacional El Día que dirigía Enrique Ramírez y Ramírez con una tendencia de izquierda en el que participaban numerosos intelectuales sudamericanos. Al paso de los años, cuando  llegaba yo a los 40 años, la colimense Socorro Díaz, directora de ese medio nacional, me invitó a colaborar  en  él, lo cual hice con muchísimo gusto durante 16 meses.   Muy grata para mí fue esa experiencia.

He sido lector de periódicos toda mi vida, repliqué a mi padre en ese hábito tan afortunado. Mi destino ha estado ligado a ellos desde que tengo uso de razón.  Me proporcionaron una forma  adecuada de comunicar ideas, convicciones, propuestas desde joven aunque me metí en numerosos problemas con poderosos que no soportaban la mínima crítica. He escrito   en más de  media docena de diarios. Gracias a sus editores – directores por su comprensión y su amistad.

Quienes afirman que los periódicos ya no funcionan  por la irrupción de las redes sociales y dicen que  ya casi nadie los lee, se equivocan rotundamente. Si funcionan. Siempre existirán en el ánimo popular en cuanto comuniquen la verdad, sin ataduras, sin ocultarla,  cuando critiquen al poder y no le aplaudan (porque peor nos va (, cuando reflejen con claridad y sin tendencia lo que ocurre, sin maximizar en sus páginas lo que conviene a sus intereses y sin minimizar o ignorar  lo que les desagrada, sin guardar distancia de lo que es esencial comunicar. La auto censura interesada es  una lanza afilada a la yugular de la verdad.

Me asalta la pregunta, ¿ es importante leer periódicos? He pensado siempre que sí. Reflejan un sentir social, la situación del entorno, la realidad circundante, hacen historia. Los que laboran con veracidad, ofrecen interpretaciones genuinas de lo que ocurre, afinan una perspectiva cultural. Los periódicos reflejan el ánimo cultural de una sociedad y cuáles son nuestros modos de vida.

Me llamó la atención lo que dice Kraus en el sentido de que los periódicos son escuela. Efectivamente, crecer y leer periódicos de papel es crucial. Los niños, posibles lectores ávidos cuando la situación económica de la familia lo permite, empiezan, gracias a las noticias, a tener una visión del mundo y una o más opiniones sobre diversos temas. “En ciudades pequeñas han desaparecido numerosos rotativos locales, y el tiraje, en general, de periódicos ancestrales, ha disminuido. Con el tiempo, creo y deseo equivocarme, serán menos los hogares que los reciban.”

Yo reafirmo que  los medios más profesionales seguro perdurarán si saben combinar su comercialización tanto con el texto físico como en su inserción o en el uso en redes sociales. Excelsior, Heraldo y El Universal son prueba de ello y localmente El Noticiero; no dejan de ser buscados en los puestos de periódicos y ser leídos. Los diarios más audaces ya cobran por suscripciones en redes, pero la pregunta es de qué manera responderán los lectores, si buscarán otras formas de interactuar con la realidad o aceptarán la oferta empresarial. Además, siempre habrá lectores de periódicos porque  encontrarán en sus páginas una parte importante de nuestra historia, independientemente de que los impresos  en nuestras sociedades de consumo  juegan un papel fundamental para dar a conocer productos, bienes o servicios que hay en el mercado. 

Comentario un tanto jocoso de Kraus: “En situaciones de la logística doméstica y familiar, el uso de los periódicos es más prosaico y, al mismo tiempo, muchísimo más práctico: para absorber un líquido que ha caído al piso, para ayudar a madurar a los aguacates, para sacar brillo y dar transparencia a unos vidrios recién lavados, para elaborar una rudimentaria venda de calor en una extremidad adolorida, para abrigar la cama de una mascota…”.“…también se pensaba que leer un periódico era señal de cultura e ilustración. Había una frase despectiva que decía: `No lee ni siquiera el periódico´. Y una frase que pretendía demostrar absoluta confiabilidad: `Salió en el periódico”. Comparto una idea más, “Se ha dicho también que la página editorial de un periódico sirve para crear opinión”.

Pienso que todo lo que uno lea es cultura, forma cultura e  identidad y ayuda en el crecimiento humano. En los periódicos está la oferta permanente para conocer acontecimientos valiosos del presente. Cierto que en diferentes épocas sirven para expresiones masivas de la clase política, situación que se presta para el análisis del discurso en  boga y para identificar intereses de los actores.  No omito decir que la democracia encuentra en ellos impulso y satisfacción.

En fin, sirvan estos comentarios para recuperar el gran significado que para todos tienen los periódicos. Localmente, a pesar de que las redes sociales aumentan su poder y su presencia, persisten en su empeño de reflejar con objetividad lo que acontece. Y eso es bueno para todos. Que perduren.

Aprovecho la ocasión para reconocer la trayectoria del director de El Noticiero, Carlos Valdez Ramírez, reconocido recién por su aportación al periodismo, por su espíritu de cooperación social al poner en  manos de los colimenses, día tras día, un periódico que respeta absolutamente la expresión de sus colaboradores y refleja un compromiso objetivo con la verdad.   Tienes muchos años más por delante, estimado tocayo.. . .