Morenistas impresentables

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PARACAÍDAS

Por: Rogelio Guedea

Así es como debe calificarse a los candidatos de Morena, incluida a la candidata a la gubernatura Indira Vizcaíno, por sus constantes ataques a nuestra máxima casa de estudios desde antes incluso de que empezaran las campañas políticas, lo anterior con el único propósito de intentar subir su rating electoral, que empieza ahora a tambalearse en virtud de la forma autoritaria e infame con que este instituto político designó a sus candidatos para estas elecciones. He dicho ataques (y no opiniones) porque son infundados y temerarios. La candidata morenista Indira Vizcaíno, por ejemplo, se lanzó no ha mucho con ataques en contra de la UdeC acusándola de falta de transparencia financiera y de falta de democracia en su proceso de elección rectoral, olvidando que fue a ella a quien la hoy candidata a la gubernatura Claudia Yañez la denunció por graves desvíos de recursos de los programas sociales que tenía a su cargo cuando fue superdelegada amloísta y, además, se le ha acusado recientemente de la forma tan arbitraria y oscura en que se eligió a los candidatos de Morena a los diferentes cargos de elección popular, recriminándole haber colocado solo a sus allegados y haber consentido procesos de selección nada transparentes, como el que llevó a la candidatura por Colima a la ex secretaria de movilidad Gisela Méndez. Guste o no a quienes quieren lucrar con el buen nombre de nuestra universidad, esta casa de estudios es un baluarte que es reconocido nacional e internacionalmente y, por eso, ha sido importante que los candidatos a la gubernatura Virgilio Mendoza, Mely Romero y Claudia Yáñez hayan sido contundentes en defender a la institución de estos ataques y, con ello, de sacarla de los dimes y diretes electorales, de los cuales la institución educativa no debe ser objeto. La Universidad de Colima es un patrimonio permanente y está más allá de cualquier proyecto político personal o de grupo, así dure seis años o noventa. Muchos gobernadores han ido y venido, muchos diputados han ido y venido (algunos con más pena que gloria) y la universidad sigue ahí, formando nuevos profesionistas y ciudadanos, pese a que muchos no supieron y no han sabido darle el valor que una institución como ésta se merece. Recientemente, nuestra máxima casa de estudios propició un debate muy importante en torno a estas elecciones, pero desafortunadamente ningún candidato retomó esas ideas para convertirlas no en promesas de campaña sino en futuras estrategias o políticos de gobierno. Las ideas no tienen desperdicio y lo único que hacen es ratificar cuál es el rol de una institución educativa como la Universidad de Colima y en qué ruta se le debe ubicar. Por eso, ningún político, como es el caso de la candidata morenista a la gubernatura Indira Vizcaíno, debería siquiera intentar ganar adeptos electorales lanzando amenazas temerarias a la autonomía universitaria so pretexto de mejorarla, y menos aún cuando esos que lo intentan hacer han sido duramente acusados de corrupción, despotismo y falta de transparencia. No buscan, en realidad, mejorar nada, buscan, esos sí, secuestrar y usar a nuestra casa de estudios para los mismos intereses y fines políticos personales y de grupo de siempre, tal como lo hicieron con los programas sociales federales del gobierno lopezobradorista, el Congreso (donde se ha denunciado que el diputado Vladimir Parra se sirvió con la cuchara grande), y los ayuntamientos, incluido aquel relacionado con Altozano.