AL DESNUDO
Por: Edgar Rodríguez.
Ciertamente, sólo había dos opciones de dónde elegir gobernador de Colima para el sexenio 2015-2021: “Los caballos que corrieron no eran grandes ni eran chicos. El Rocío de los pobres y el Alazán de los ricos”. Al primero les brillaba el cobre a leguas; al segundo, había que tallarle para comprobar si era tan igual como el primero. Al panista Jorge Luís Preciado Rodríguez lo publicitaron como el hijo del pueblo, el hombre que con trabajado emergió desde muy abajo en la escala social hasta llegar al Congreso de la Unión, primero como diputado federal y luego Senador de la República, donde se hartó de lana hasta decir basta.
Al “neoliberal, conservas, fifí, tecnócrata”, José Ignacio Peralta Sánchez, sus mercadólogos, además de acuñarle la frase que a la postre le traería más negativos que positivos “Vas a vivir feliz, seguro”, vendieron su dominio de la lengua de Shakespeare, pertenencia a la high society colimense, ser graduado del ITAM y Essex University, y ostentar la distinción de “Young Global Líder” que comercializa el Foro Económico Mundial. Con estas credenciales, más su cercanía con los poderosos Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray y Caso, los promotores de JIPS aseguraban que Colima tendría en él al mejor gobernador de toda su historia política. Pero el destino les jugó mal y la realidad fue otra: Nacho ha sido de los peores evaluados de entre los 32 mandatarios estatales del país.
El desempeño del actual mandatario estatal, lo han valorado los propios colimenses, sobre todo en materia de seguridad, de salud y de economía. Y tristemente faltando poco tiempo para concluir su mandato todos hablan de un desastre en la administración peraltista.
A JIPS hoy ya casi todos lo ignoran, no le llaman como antes ni le envían mensajes de texto. Las cortesanas también han huido en busca de otros brazos que les garanticen seguridad económica.
Como ya no hay dinero para publicidad, también el área de Comunicación Social de su gobierno dispersó a los medios periodísticos, nadie da la cara por él ante el embate en progresión de la 4T, Morena y Gobierno Federal, que no cesarán hasta pasado un largo tiempo. Hoy pareciera que Peralta Sánchez es hombre al agua en altamar y no se ve cómo ni quién pueda lazarle un salvavidas inflable o reata de la que se agarre.
Lo que se registra hoy con los resultados de gobierno que para muchos fueron pocos, ha dado pie para hacer leña del árbol caído, a JIPS le cuelgan sus enemigos de todo, y peor aún, quienes se decían sus amigos lo acusan incluso de enriquecimiento. Lo cierto es que, como siempre, es el pueblo bueno y sabio quien paga los excesos, abusos e incompetencia de sus gobernadores que llegan a realizar negocios en grande al amparo del cargo.
JIPS empezó con un gobierno con finanzas quebradas y está terminado peor que su antecesor, simplemente su gestión está concluyendo convertida en un viacrucis.
Se dice que…
*No voy a abandonar el barco, ni ningún funcionario lo va a hacer, por lo menos no por instrucciones mías. Voy a estar hasta el último día en mi mandato, que es el 31 de octubre y yo espero a las 12 de la noche, tal y como lo marca la norma, entregar la responsabilidad y a partir del primer instante del primero de noviembre. Bueno, ya hay nueva titular”, jura por la Estrella del Sur José Ignacio Peralta Sánchez, pero el piloto ya no es él sino Indira Vizcaíno Silva.
*“Mucho de lo que se especula ya es grilla, es especulación, son ganas de dañar políticamente. Yo a lo largo de mi vida he actuado con mucha seriedad, con mucha institucionalidad y he enfrentado situaciones adversas, difíciles, en diferentes momentos y lo hago con mucha, con mucha diligencia y me han dicho que soy dueño de hasta, no sé, plazas comerciales o no hay nada, no hay nada de eso”, alega en su defensa quien a su paso por la administración pública municipal, estatal y federal, ningún gran negocio hizo con nadie, ni adquirió propiedades inmobiliarias ni cuentas bancarias tiene en euros y dólares.
*También a los diputados integrantes de la LIX Legislatura Estatal debieran revisarles sus gastos y los incrementos en sus patrimonios registrados durante los tres años de su encargo. Ahora sí que todos coludos.