LA IRONÍA DEL PROGRESO

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Por: Gerardo Palafox Munguía

Tal parece que entre más avances tecnológicos, científicos son puestos a disposición de la sociedad en su vertiginoso camino de la evolución, entre más pasan los años, menor es el respeto del género humano entre sí.

Las nuevas generaciones olvidan el respeto a sus mayores, los mayores olvidan que deben hacer valer ese respeto a sus predecesores y el resultado es la proyección en la juventud de lo que conocemos como antivalores y se deja en manos del estado la prevención, rehabilitación y reinserción de personas por conductas reprobadas por la propia sociedad.

Nadie puede negar que los pobres de hoy sean más ricos que los pobres del pasado, porque gracias a las nuevas tecnologías y a los avances en la ciencia y en la mercadotecnia, todos los medicamentos están a la venta, caros pero a la venta, los medios de comunicación mantienen informada a la población, la telefonía une a los marginados aun cuando viva en lugares apartados y el internet, maravilla del siglo XX nos abre hoy por hoy un mundo inimaginable de posibilidades y conocimiento.

Pero también es cierto que los avances no llegan a toda la población, hay quien hoy en día no puede comprar servicios, tampoco medicina cara, hay quienes tienen que acarrear agua con dos baldes sostenidos sobre sus hombros amarrados con dos mecates para llevar agua a su casa, echarle agua al baño y poderse bañar o cocinar. A eso sí, tienen gratis aire acondicionado que en las noches se filtra dentro de sus casas por los hoyos y ranuras de las láminas galvanizadas o de cartón.

Con el progreso en el Sector Salud, la expectativa de vida es más alta, siempre que un loco esquizofrénico y drogado sin valores no se cruce por nuestro camino y decida quitarnos la vida con todo lujo de barbarie, agresión que no refleja avance, desarrollo ni educación.

Pareciera que los delitos se multiplican con el desarrollo y lejos de tener una sociedad respetuosa y con valores, los valores se van de vacaciones cuando el individuo solo piensa en sí mismo.

La rueda de la vida, de la economía, del progreso, la rueda de la fortuna que es como le llamaría ya está andando y no se va a parar, con tanta velocidad es difícil que cambie de rumbo y quienes estamos arriba, quienes somos pasajeros no nos podemos bajar.

Esta rueda no tiene forma de parar, los ricos, más ricos quieren ser y los pobres no saben con salir de su pobreza, sin medios ni las herramientas necesarias para mejorar su calidad de vida aumentando su ingreso familiar.

Todos estamos de acuerdo en que un negocio no se  inicia con lo que un trabajador puede ahorrar con lo que le queda de su sueldo después de cubrir gastos semanales en el hogar.

Y finalmente seguimos aplaudiendo las nuevas tecnologías y avances al alcance de todos, pero de todos lo que pueden pagar, porque todos somos consumidores, somos quienes mantenemos la rueda andando, hacemos ricos a los ricos y nos llenamos de felicidad y dicha con este mar de posibilidad que nos hace vivir una pantalla de prosperidad, siendo el engranaje de la rueda de la vida.

 

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