Ambos cadáveres presentan impactos de arma de fuego calibre 380 y el primero de ellos corresponde a una persona de entre 25 y 30 años de edad, de 1.68 metros de estatura, complexión delgada, tez morena clara, pelo lacio de color castaño oscuro, sin barba ni bigote y no presenta señas particulares. Vestía una chamarra deportiva de dos vistas en color azul y morado con cierre al frente, pantalón azul marino de mezclilla y tines color blanco, sin calzado.
El segundo de los cuerpos pertenece a un hombre con el mismo rango de edad, 1.62 metros de estatura, complexión delgada, pelo corto y lacio de color castaño oscuro, bigote escaso y barba rasurada, que vestía camisa tipo polo en color azul cielo, pantalón de mezclilla azul marino y tampoco traía calzado, sólo tines en color blanco.
A diferencia del primero, el segundo de los cuerpos presenta múltiples tatuajes en diferentes lugares: en el costado izquierdo del cuerpo el rostro de una niña y la leyenda “Daddys Till Erylcie”, en el cuello la figura de un tribal en forma de púas, en el brazo derecho el número 3 y las letras “WSF”, y en el izquierdo la letra “X” se guida de las leyendas “San José S”, “DADAS, LITP y “SUREÑO”, así como unos puntos en la muñeca del mismo lado, mientras que en el muslo de la pierna derecha aparece la letra “V” y en el de la izquierda la “W”.
El cadáver presenta también en el lado derecho del tórax el nombre de “Justina” y en el izquierdo el de “Cristal”, mientras que en la espalda con un tamaño mayor las letras “EASP”, mismas que están atravesadas por otra leyenda que a la letra dice “SIDE” y en la parte superior de la cabeza una cruz grande atravesada por las siguientes letras y dígitos “CJ408”.
Al lugar de los hechos acudió el ministerio público acompañado del médico legista y personal de servicios periciales, para dar fe del hallazgo, asegurar un casquillo percutido del calibre en mención y ordenar el traslado de los cuerpos al Servicio Médico Forense (Semefo) para la necropsia de ley, cuyo resultado señala que ambos tenían por lo menos 72 horas de haber fallecido y apenas iniciaba el proceso de descomposición.