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México.- Los audífonos son gadgets personales. Igual pueden ayudarte a distraerte, a relajarte o a enfrentar el estrés. Sin embargo, algo común y cotidiano es que se descomponen con una inaudita facilidad.
¿Qué sucede?, ¿están programados para descomponerse?, ¿es una teoría de conspiración?
Varios factores inciden en el rendimiento de nuestros aparatos y te los digo a continuación:
Mala calidad
Los audífonos baratos, salen caros. No es que por ley debas gastar miles de pesos en un equipo, pero es una regla general, que aquellos muy baratos son desechables.
Invierte en algo con buena relación calidad-precio. Tampoco inviertas una fortuna si no lo consideras necesario.
¿Cómo los guardas?
Un problema -y hasta broma común- es que los cables se enredan con una facilidad casi de broma.
Esos enredos acaban con la vida útil de tus audífonos. Los cables deben guardarse enroscados, con mucha precaución de no tensarlos demasiado, ni apretarlos en demasía.
De hecho, tener un estuche para guardarlos es la mejor idea, pues los proteges de fricciones que acaban con sus piezas.
Conectarlos con el volumen alto
Aunque no lo creas, esto daña a los audífonos. De preferencia coloca el “mute” al enchufarlos. Si lo has notado, al hacerlo con volumen alto suena que “truenan” o un sonido de interferencia.
Aumentar mucho los bajos
Si utilizas una configuración personalizada en el control de volumen, utilizar los bajos muy altos afecta el desempeño, sobre todo de los equipos que no son tan costosos.
Desconectarlos por el cable
Todos los cables tienen una superficie de apoyo en el extremo. Si los desconectas tirando de la mitad del cable, seguramente se van a descomponer más rápido.
Finalmente, los audífonos con un solo cable (me refiero a un extremo y que se conectan solo a uno de los auriculares, duran más pues tienen menos superficie para tensarse o tirarse. Desafortunadamente por regla general son también los que cuestan más.
Fuente: DINERO EN IMAGEN