Por: Gerardo Palafox Munguía
Para saber si el sentido común existe en nuestra conciencia, es importante definir dicho término, lo cual ha sido tratado por distintos autores y escuelas del pensamiento.
Según Trout y Rivkin, el sentido común es una facultad que posee la generalidad de las personas para juzgar razonablemente las cosas.(Sin perder de vista que al hablar de generalidad no refiere a que la totalidad la posean)
Para Yagosesky,esla capacidad natural de grupos y comunidades, para operar desde un código simbólico compartido, que les permite percibir la realidad, o asignarle un sentido a personas, objetos o situaciones,que resulta obvio para el común de los integrantes de esa comunidad(http://es.wikipedia.org)
Durante muchos años platiqué con personas cercanas a mí, y me decían que no esperara que la gente con quien yo tratara, actuare siempre adecuadamente a la situación o en respuesta a un contexto en particular, que no toda las personas responden igual ante la misma situación, que aunque el impulso o detonante fuere el mismo la respuesta no siempre es igual, que hay quien maximiza un problema y se ahoga en un vaso de agua o más que eso hace de una tormenta de una simple llovizna y que el sentido común no existe.
Personalmente, en su momento referí a mis amigos que el criterio como regla para discernir entre lo verdadero y lo falso o la capacidad del ser humano para comprender algo ¡Si existe! y también existe el sentido común.
Pero ¿Entonces porque no todos responden igual ante las mismas situaciones si es que existe el sentido común?
¿Por qué hay quien hace un problema donde no existe? Y ¿Porque en ciertas situaciones de estrés no somos capaces de responder de la mejor y más coherente manera?
Yo creo y siento que el sentido común si existe el problema radica en la conveniencia del participante en el resultado que desea obtener que lo hacedebatir entre lo irracional e ilógico y lo notorio u obvio, lo que lo hace entender a su leal saber y de manera distinta analizar con los mismos elementos a la vista de un colectivo y llegar a conclusiones contrarias.
Quizá un ejemplo sencillo para el caso sería el utilizar la parábola de la vaca en la que el dueño de la vaca la tira a un precipicio cuando le estorba para avanzar, cuando no le es conveniente tenerla porque ya no da leche, sin considerar más allá del argumento anterior que a la misma vaca que arrojó al precipicio le hubiera podido sacar dinero extra por la venta de su carne.
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