EL MAL QUERIDO

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AL DESNUDO

Por: Edgar Rodríguez.

El político zacatecano que lleva más de tres décadas en la farándula se resiste a entender y aceptar que, por más que le jure su amor y lealtad eternos al dueño del Partido Movimiento de Regeneración Nacional, Andrés Manuel López Obrador, éste ni siquiera acusa recibió de sus comedidos reclamos por ser excluido de la pasarela de sus candidatos morenistas a la presidencia de la República para el periodo 2024-2030.

“Yo espero que la dirigencia del partido corrija y en el futuro no me excluya de la participación y de mi consideración de que, pese a que no sea mencionado en el club de los señalados, no sea incluido en el club de los elegidos desde las mañaneras, aún así he decidido participar. Si se me sigue excluyendo, nada tengo que hacer en esa organización”, saca de su dolorido pecho el malquerido de la disfuncional familia cuatroteista

“Aspiro legítimamente a ser candidato de Morena a la Presidencia de la República, pero nunca aceptaré que se me considere corcholata, porque ese es un término peyorativo. Yo no soy corcholata. Soy un aspirante natural, un modesto aspirante, nunca corcholata. Es peyorativo y es un lenguaje que nadie debiera aceptar. Pero allá ellos. Digo, yo no soy corcholata. Me niego a aceptar ese mote. Soy simplemente un modesto aspirante a la Presidencia de la República”, precisa con claridad Monreal Ávila.

“No soy corcholata ni lo quiero ser porque las corcholatas se echan a perder”, dice Ricardo Monreal, pero si de verdad no se va a mezclar a la politiquería por ser un político serio, político responsable, que lo único que quiere es profundizar el proceso de vida democrática que el país ha iniciado a partir de 2018, se está tardando en agarrar sus chivas y emigrar en busca de mejores pastos, de aire fresco, de libertad para promover su proyecto presidencial a lo largo y ancho del país.

A Ricardo Monreal no lo quiere AMLO, mucho menos el dirigente nacional de morena, pero se resiste a darse por enterado con la dulce esperanza de que puede ablandarle el corazón y ser acogido en su seno. Nunca será así, y mientras más tarde en tocar retirada, más costoso le será posicionarse en el ánimo de los electores ávidos de liderazgos alternativos para salir de la noche sexenal de la 4T.

Ricardo Monreal Ávila puede convertirse en el candidato competitivo que claman los ciudadanos que ya tuvieron bastante con el gobierno de la Cuarta Transformación que sumidos los tiene en la violencia, la precariedad sanitaria y la estrechez económica. Todo es cuestión de que se decida a brincar las trancas moradas como lo hizo cuando abandonó el corral tricolor.

Si Monreal Ávila se espera hasta que AMLO oficialice la candidatura presidencial que no le favorecerá, quedará para arrastre, sus ahora compañeros de partido no lo bajarán de ardido, mal perdedor, neoliberal, porfirista e hijo de Claudio X González. En fin, ya está grandecito y él debe saber lo que hace, también los electores muy ariscos y baleados ya, como las grullas.

Se dice que…

* En Coahuila, para que no sienta feo y darle atole con el dedo, Morena incluyó a Ricardo Monreal Avila en la pasarela de las “corcholatas”, pero lo hizo exigiendo reglas claras, piso parejo y que no haya exclusiones ni facciones de grupos. Consideraciones que ni por error le cumplirán. Al tiempo.

*A principios de enero de 2022, el sacerdote católico de los pobres, José Alejandro Solalinde Guerra, confesor y guía espiritual del santo laico de la política nacional, Andrés Manuel López Obrador, excomulgó de la nueva religión 4tepista al Senador de la República Ricardo Monreal Ávila, por haberse aliado con la oposición, pero a más de 4 meses de esa bula, todavía se niega a entender y asumir que “ya chupó faros”.

*Monreal Ávila, excluido desde siempre de la candidatura presidencial por MORENA y sus aliados del Partido del Trabajo y Verde Ecologista de México, debe a toda costa evitar seguir siendo humillado, hecho menos, maltratado, por la aplanadora mediática 4teísta que no le dejará hueso sano si se tarda más de la cuenta en ahuecar el ala. Advertido está, pa’ que luego no salgo con que lo bolsearon.