El COVID-19 Y LAS ENSEÑANZAS QUE DEJA…

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La Panga

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

Cuántas veces hemos subestimado el tener conocimiento de que una nueva enfermedad surgió y que científicos en todo el mundo buscan la cura. Incluso hace algunos años en abril de 2009 el mundo y  específicamente en México, recordará usted amable lector, lectora,  como estuvimos ante la presencia de un brote de Influenza, que posteriormente se saliera de control y pusiera en riesgo a miles de personas, la Influenza H1N1 vino a dejar una moraleja que pronto se olvidó.

El principal fracaso para controlar lo que en aquel entonces era una pandemia fue la falta de reacción oportuna del y el hermetismo que se guardó para el mundo ante los primeros casos y de ahí su propagación, sin embargo, un papel fundamental lo jugó la población, quienes acostumbrados a las vacunas y a los tratamientos desestimaron que nos encontrábamos ante una situación real, en donde no había cura y ni se tenía la mínima idea de cuántas personas se habían contagiado, y las recomendaciones eran similares: evitar estornudar y toser sin cubrir la boca, puesto que se arrojan partículas de saliva que en el aire quedaban suspendidas por periodos breves y la distancia de por lo menos 1.5 metros entre persona a persona. Al no seguir los protocolos, se propagó esta enfermedad y no fue hasta el 10 de agosto de 2010, 14 meses después que la Organización Mundial de la salud determinó el fin de esta pandemia.

Ahora regresemos al COVID-19 condiciones de contagio muy similares, con la diferencia de que se trata de un virus más agresivo, que no desaparece de manera rápida en el ambiente,  que es fácil de contagiar de persona a persona y que por prevención se ha hecho algo histórico en nuestro país, el suspender actividades escolares en todos los niveles educativos con la finalidad de evitar una rápida propagación ha sido sin duda alguna, la mejor medida que han tomado los diferentes niveles de gobierno, refiriéndome al federal y estatal respectivamente.

Sin embargo, no todas las entidades actuaron  con la misma rapidez con la que se hizo en Colima, ya que es importante destacar que fue de las primeras entidades en anunciar con prontitud la suspensión de actividades escolares en todos los niveles educativos, al gobernador José Ignacio Peralta Sánchez no le quedó la menor duda que ante la presencia de una pandemia, se debían reducir riesgos y emprender acciones que no serían bien vistas por algunos, pero que sin lugar a dudas evitaría el riesgo de contagio de miles de estudiantes en la entidad. Posteriormente vino el anuncio de la suspensión paulatina de actividades administrativas, trámites y servicios, pues recordemos que miles de personas estarían expuestas al contagio, pues basta una sola persona en una sala de espera, para que los que se encuentren ahí estén expuestos. Después vino la respuesta de los empresarios e instituciones, vimos cierres de negocios llámese restaurantes, cocinas económicas, puestos ambulantes, comercios de comida en casa; bancos con un filtro sanitario, y a pesar de que la instrucción era clara, se vio afluencia mínima en los casinos.

Entidades vecinas como Jalisco inició la suspensión de clases dos días después y la de actividades de dependencias cuatro días posteriores, estamos hablando de millones de habitantes en riesgo de contagio, aquí los minutos, las horas y los días cuentan, la gente en Jalisco estaba molesta porque no se estaba actuando de manera rápida, la gente aperturaba sus comercios con regularidad y si se veía menos gente en las calles, embotellamientos leves en las avenidas principales, pero si había mucho movimiento a pesar de la alerta de riesgo de contagio por COVID-19, ahora todas las entidades de México están alineadas al mismo protocolo, a las mismas acciones para prevenir contagios, ahora en estos semana de la cual ya transcurrieron tres días, le toca a la población sumarse a las acciones y atender el llamado puntual de sus gobernadores. Genera molestias, genera cambios de rutinas, el aislamiento social no es sencillo, en el caso de quienes deben trabajar la escuela representa un respiro para que sus hijos aprendan mientras sus padres trabajan, pero seamos realistas, de ni haberse tomado estas medidas sus hijos y el mío, estarían en grave riesgo de contagio, de ahí usted, su demás familiares y vecinos. Las pandemias no son un juego y a pesar de que aún no se tienen claro que la originó, debemos ser conscientes de que estos días sin tanto movimiento, han dejado respirar a la tierra, estos días en familia nos están brindando la oportunidad de convivir y estar más cercanos a los nuestros, de todo se aprende, la moraleja del COVID-19 es a permanecer unidos siempre ante la desgracia y a cuidar de nuestro verdadero hogar, nuestro planeta. 

Al tiempo.