¿DÓNDE ESTÁ EL PAN?

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

El pasado proceso electoral dejó varios cadáveres políticos insepultos entre las diversas fuerzas políticas, algunas de las cuales, a pesar de su color de muerte, patalearon aunque al final terminaron en la morgue del INE. El PEC y el PANAL pasaron a mejor vida y los ciudadanos al fin quedaron satisfechos porque desaparecieron de la escena política al menos dos partidos que aportaban poco o nada al desarrollo de nuestra democracia.

Pero hay, sin embargo, una oposición real al triunfo de Morena y esa la constituye el Pan que, por estos días, vive un torneo de ambiciones entre sus figuras más descollantes a nivel nacional. . . . y a nivel local. Y ya tienen rato tomados del chongo pues el canallín queretano los llevó al baile de la derrota y son muchos los que no digieren todavía el resultado. Es que hubo ahí silenciamientos cómplices, opinó Margarita Zavala, quien dentro de poco le hará un boquete con la fundación de otro partido.

Al Pan le pasó en junio pasado lo que aquí vivió en Colima en la segunda elección que le ganó Gustavo Vázquez a su candidato tripartita a gobernador. Esa ocasión hizo cuentas alegres, pero no contó con que la suma de porcentajes de adhesión en las alianzas no agrega en automático votos a ninguna fuerza política. Así, ni el Pan con Prd y Adc lograron vencer al PRI en aquel   2004. Fue, si, muy cerrada esa elección, que se definió por unos 8,500 votos.

Los últimos tiempos el Pan se olvidó de su ideología y se convirtió en un partido pragmático, priorizó alcanzar el poder a costa de hacer a un lado sus principios y desdeñar a sus militantes y simpatizantes. Muchos panistas valiosos no soportan todavía que teniendo supuestamente al alcance la presidencia del país por el rechazo al Pri, se dejaron influenciar por un candidato ambicioso que de pilón parece que les ganará otra vez el control del partido en la persona de Marko Cortés.

Y han de saber los jerarcas de ese partido que no la tienen fácil hacia el futuro aunque se unan. Deben reconquistar a muchos ciudadanos y convencerlos de que son los únicos oposicionistas al régimen convalidado que surgió de Morena. Y luego está su otro rival, el Pri, que no está muerto aunque si en terapia. Puede este sobreponerse si se reorganiza y jubila a cientos o quizás miles de dinosaurios que le restan credibilidad y posibilidades de superar la adversidad, y sobre todo si practica la democracia interna, de suyo olvidada. Tiene que jubilar a los Manlio, los Gamboa, los Moreira, los Ayala, los Camacho, etc.,   y de paso mandar a las islas Fidji a Salinas de Gortari para que no les haga tanta “mosca”.

A nivel Colima, el esfuerzo del Pan tiene que consistir en una gran sacudida. Está renunciando a ser partido fuerte, no se sabe nada de su actual dirigencia y está ausente de la realidad local. Su presencia está reducida a un membrete más siendo que es una oposición válida al Pri y por supuesto, ahora, a Morena. Tiene que procesar las ambiciones de sus varios dueños, políticos que se rehúsan a dar un paso al costado siendo que son los primeros responsables del rechazo ciudadano.

El Pan tiene deberes que no está cumpliendo, pues. Se sostiene en gran parte con recursos públicos y se supone que, como todos los demás partidos, debe luchar por la mejoría social mediante propuestas serias y de gran fondo, pero esto no está ocurriendo. Tiene rato en shock. En otro país, quizás perdería el registro en corto tiempo por su pasividad. Pero puede reaccionar y decirle a los colimenses que está en fase de renovación ( no de extinción) para superar la paliza electoral que le dio Morena y tratar de adelantar al Pri en el 2021.

A la sociedad le conviene un sistema de partidos fuerte porque así la política pasa a ser la sustancia más noble para encarar los debates de cara a los nuevos tiempos y transformar la realidad para beneficio de todos. Se requiere políticos sensatos, que hablen claro a los ciudadanos, que no escondan las cartas ( hablando del juego de póker), laboriosos, transparentes en su actuar, políticos que se desprendan de su yo para que sea ocupado por un nosotros. Políticos honrados que sientan los problemas de los demás como suyos. Casi nada…