DESACATO LEGAL ¿ORDEN O RETO?

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“No se podrán transmitir noticias,

mensajes o propaganda de cualquier clase,

que sean contrarios a la seguridad del Estado o el orden público.”

Art. 101 fracc. XIV. LEY FEDERAL DE RADIO Y TELEVISIÓN.

Por: Noé Guerra Pimentel

El pasado martes 14 de los corrientes, según la agencia Notimex, “la Secretaría de Gobernación inició un procedimiento sancionatorio contra El Diario de Chihuahua y El Diario de Juárez, por difundir información falsa sobre fallecidos por Covid-19 en un hospital de la ciudad fronteriza.” Y abunda, “Dichos diarios publicaron fotografías de cadáveres dentro de bolsas negras que supuestamente habrían fallecido dentro del hospital del IMSS de Ciudad Juárez, cuando en realidad son materiales informativos que tienen su origen en Ecuador. La denuncia -originalmente- fue presentada por el gobernador de Chihuahua Javier Corral, contra ambas publicaciones.” Esperemos que Gobernación mida con la misma vara a TVAzteca. El precedente está y la flagrancia existe.

El hecho, como se sabe, se suscitó la noche del viernes 17, precisamente en HECHOS en la metropresencia y engolada voz de Javier Alatorre, el conductor del noticiero estelar de la televisora del Ajusco, la empresa más importante del Grupo Salinas, TVAzteca (IMEVISION o canal 13, cuando operaba y muy bien desde la rectoría del Estado, en tiempos de Salinas de Gortari, hasta que decidió malbaratarla vendiéndosela a precio de chatarra o menos a uno de los grandes beneficiarios del sistema y actual favorito de Palacio nacional, el ahora magnate multimillonario Ricardo Salinas Pliego), el llamado fue directo y sin matices, un reto abierto contra la autoridad y a favor de la anarquía.

El categórico como petulante dicho del locutor Javier Alatorre Soria, por si no lo vio, fue el siguiente: “Como todas las noches (sic), el subsecretario de salud, Hugo López-Gatell encabezó la conferencia sobre el covid-19 en México. Pero sus cifras y sus conferencias ya se volvieron irrelevantes. Es más, se lo decimos con todas sus palabras, ya no le haga caso a Hugo López-Gatell.” Posición tan irresponsable como criminal la del Grupo Salinas que usa como portavoz al conductor, al pronunciarse a favor de una crisis que, artificial o no e independientemente de las víctimas fatales que pueda haber, abre la puerta al golpismo, al desacato, a la desobediencia civil, a la ilegalidad y al rompimiento del de por sí endeble pacto social.

Ingenuo suponer que el citado presentador se manda solo, como lo hace ver en su tibio -por llamarlo de alguna forma- mensaje del sábado al medio día del presidente López Obrador, minimizándolo, sin aludir al verdadero artífice, al decir desde su escritorio de Palacio Nacional: “creo que se equivocó mi amigo Javier Alatorre, anoche que llamó a no hacerle caso a el doctor Hugo López-Gatell, creo que fue una actitud no bien pensada, porque Javier es una persona buena, creo que cometió un error como cometemos errores todos”. Solo eso.

Por la tarde del mismo sábado 18 se dio a conocer un apercibimiento -aviso-, de la Secretaría de Gobernación hecho a esa televisora: “para manifestar públicamente su respeto a las disposiciones sanitarias y se sume al frente común convocado por la Secretaría de Salud…” O sea, nada. Ante lo que como respuesta mereció un Tuit del insuflado y ahora más insoportable Alatorre en el que se lee: “Reconozco al presidente @lopezobrador_ por su defensa permanente de la democracia y la libertad. Él mejor que nadie comprende el esfuerzo que las familias mexicanas hacen todos los días por salir adelante. No podemos permitir que el miedo esté por encima de México.” Así contestó el divo, sin reconocer su error, sin aceptar su falta de ética periodística, sin ofrecer mínimamente una disculpa y ocultando al verdadero motivo y a su jefe, el verdadero autor intelectual del llamado a la desobediencia civil.

Ante este despropósito la reveladora actitud del titular del poder ejecutivo nacional -en la que al parecer unos son hijos y otros son entenados-, de quedar así y solo en eso será, por lo menos, un despropósito que, en este momento en el que atravesamos por una crisis sin precedentes en la vida reciente del país, no solo daña la imagen de su gabinete y su gobierno, sino que lesiona a la institución que representa. Allá él, dijera aquel; lo que sí es que si no se castiga al evidente infractor se estará abonando no solo a la impunidad y a la incredulidad, sino que de facto él, como presidente y en contra de una apabullante mayoría que por todos los medios ha descalificado el hecho, se convierte en el principal e indiscutible cómplice de lo que venga. La historia se está escribiendo. Al tiempo.