Candidatos a la gubernatura: primer balance

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PARACAÍDAS

Por: Rogelio Guedea

Ha pasado ya una semana de campañas electorales y la contienda electoral empieza a poner en su lugar a cada uno de los candidatos, especialmente a los más competitivos: Indira Vizcaíno, Virgilio Mendoza, Claudia Yáñez, Mely Romero y Locho Morán, de entre los cuales saldrá sin duda el próximo gobernador del Estado. La balanza de las encuestas, pero sobre todo de la percepción ciudadana (cuando se pulsan las redes sociales sin cortapisas), han desvelado un dato peculiar por insólito: que la candidata considerada puntero (Indira Vizcaíno) no es para nada invulnerable y, más aún, que el discurso del llamado “cambio verdadero” es más una combinatoria de palabras bienintencionadas que una proyección firme de la realidad futura, sobre todo cuando vemos que muchos de los ámbitos que sostenían al presidente López Obrador, sostén moral de todo Morena y sus simpatizantes, empieza a hacer aguas, y esto lo vimos en el tremendo desencuentro que tuvo el mandatario nacional con los colectivos de mujeres el pasado 8 de marzo. Sin este ropaje presidencial, a la candidatos de Morena, en especial a Indira Vizcaíno para el caso de Colima, se les verá deslucidos y más si no logran realmente convencer a la población que no son más de lo mismo, como dicen. Indira Vizcaíno, pues, debe estarse replanteando su estrategia electoral y, sobre todo, los candidatos que le servirán de comparsa (que deben ser muy competitivos electoralmente), para que sobre mediados del próximo mayo ya se le esté haciendo difícil puntear en las encuestas. Porque si algo hay que decir es que, contra viento y marea, el empuje que le está dando Virgilio Mendoza a su campaña ha sido significativo, habiendo empezado –hay que decirlo- con muchos descalabros para reafirmar su candidatura. Al día de hoy, Virgilio Mendoza, candidato del Verde Ecologista, no ha hecho sino sumar, y se ha mostrado realmente incansable en su estrategia por consolidarse como una opción viable para la gubernatura. Le falta, sin embargo, asegurarse de que la estructura de su partido es realmente sólida como para contrarrestar la movilización de una alianza como la del PRI-PAN-PRD, la cual en el día decisivo pudiera apabullarlo. Lo positivo que tiene frente a esta alianza (“Va por Colima”) es que la candidata que la representa, Mely Romero, se nota insegura, y esta inseguridad (producida sin duda por la dificultad de ligar un discurso electoralmente propositivo con base a una enorme carga de descrédito ciudadano hacia los partidos que representa) le impedirá de facto crecer electoralmente, porque cuando el mensaje que emites no conecta con tus verdad interior lo único que ocasionas en tu audiencia es incrementarle la incertidumbre. En ese sentido, Claudia Yáñez se encuentra reafirmada y bien plantada en sus propias convicciones políticas e ideológicas, y, sobre todo, morales: no ha sido nunca acusada de corrupción (como en el caso de Indira Vizcaíno) ni ligada a grupúsculo políticos desacreditados por eso (como el caso también de la propia Indira Vizcaíno, muy cercana al peor priismo local), y eso se nota en su mensaje. Lamentablemente, se tendrá que trabajar mucho para posicionarse electoralmente en un partido de reciente creación y ante un escenario en el que tal parece que la figura presidencial, a la que ella está ligada, ha sufrido importantes descalabros morales y no pasa por su mejor momento. En este misma ruta va el propio Locho Morán, quien, tal vez sin darse cuenta, defraudó doblemente a la sociedad al mostrar también una grieta enorme en la proyección moral de su imagen al haber, primero, invitado a Héctor Insúa como candidato a diputado federal de su partido y, posteriormente, en lugar de haber corregido el rumbo, hacerlo bajar de la candidatura para reconfirmarlo como su coordinador de campaña. Cada cual por separado habrían podido reafirmarse como políticos con convicciones y reales ante una sociedad descreída totalmente de la política y sus políticos (precisamente por acciones de esta naturaleza), pero el haberse unido después de haberse insultado en la campaña electoral pasada, no hizo sino perderles, vaya paradoja, toda la confianza, con todo y que Locho Morán y Héctor Insúa tienen positivos mucho mejores que los que puede representar, hoy por hoy, toda la cuadrilla de morenistas en Colima. En las próximas semanas veremos, sin embargo, cómo cada uno de estos candidatos irá penetrando en el tejido social y cómo, de esta manera, las encuestas empezarán a moverse como la punta fina de un electrocardiograma.