Arquitectura, una forma universal de conocer y entender la historia: Felipe Leal

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*El presidente del Seminario de Cultura Mexicana dictó conferencia en la UdeC como parte del 62 aniversario de la corresponsalía Colima de esta agrupación de artistas, arquitectos, historiadores y científicos.

Redacción|CN COLIMANOTICIAS

Colima, Col.-   Felipe Leal, presidente del Seminario de Cultura Mexicana, impartió en el Archivo histórico de la Universidad de Colima la conferencia “Arquitectura, arte y sociedad”, en la que abordó cómo las culturas de distintas partes del mundo han creado obras de arte arquitectónicas para expresar sus necesidades, desde espacios para consolidar el poder político hasta otros de tipo cultural o ceremonial, “que con el paso del tiempo se han convertido una referencia para conocer su historia”.

Como parte de las actividades por el 62 aniversario de la Corresponsalía Colima, el académico de la UNAM compartió que, si bien las pinturas, las esculturas, grabados y la literatura han permitido conocer un poco más de las culturas originarias, “la mejor forma de conocer la historia, además de la memoria, es la arquitectura. Mucho de lo que conocemos, por ejemplo de los egipcios, mayas, griegos y de las diferentes culturas del mundo, es justo por sus espacios arquitectónicos”.

Felipe Leal dijo que cada una de estas culturas “ha puesto en sus construcciones símbolos que los hacen únicos, desde pórticos, puentes que se convierten en centros de comercios y plazas que se unen con sus templos, hasta aquellas culturas que no rompen con lo natural, es decir, que hacen que la naturaleza y sus construcciones sean una misma, por ejemplo Machupichu, en Perú o Camacalco en Tabasco, México”.

La arquitectura, agregó, también está en la memoria, los panteones, en los edificios que se utilizan como memoriales; “no nos deja de sorprender la creatividad de los humanos y cómo cada cultura expresa sus necesidades en verdaderas obras de arte, las cuales nos educan en cuanto a la historia, las referencias, el comportamiento y cómo se expresan las culturas”.

En su ponencia habló también sobre la necesidad de intervenir los espacios públicos para hacerlos más seguros y reactivar el tránsito de la sociedad, “pues esto puede cambiar la vida de una ciudad, ya que los convierte en espacios donde se pueden realizar actividades culturales y deportivas”, entre otras.

Felipe Leal, quien intervino uno de las plazas más conocidas de la Ciudad de México, la Plaza de la República donde se encuentra el Monumento a la Revolución, compartió con los asistentes elementos que podían potencializar la actividad en la zona metropolitana Colima-Villa de Álvarez: “uno de ellos es el río, es algo que pasa inadvertido, pero que le da toda una estructura a la ciudad; creo que ahí hay un potencial, porque rompe con la idea general de las trazas ortogonales, podría usarse como un espacio público donde se hagan recorridos”.

Otro punto importante, dijo, “son sus plazas centrales, si pudiéramos sacrificar una de las calles por las que atraviesan los autos serían más gozables para los peatones, habría más actividad, los comercios venden más y su tránsito es más seguro, eso le daría mayor identidad. He visitado varias ciudades del país y casi todas están apostando a eso, todas tienen la misma inercia de ganar el espacio”.

“Otra cuestión –agregó- es la Petatera; para nosotros como arquitectos es muy interesante, se ha explotado poco para que pueda quedar algo más allá de la feria. Además, la están deteriorando, se la están acabando por todo lo que es la feria. Ése es un monumento que no se lo merece, es una obra colectiva que se desmonta y está cada vez más acosada por toda una comercialización banal, como si fuera una plaza de toros normal, que no lo es, y está ahogada entre los comerciantes y los coches. Me quedé fascinado de verla y al mismo tiempo quedé decepcionado de ver lo que pasa con ella alrededor; también se podría trabajar en ello en darle ese elemento de respeto”.

Finalmente, comentó que cada uno de los elementos arquitectónicos de las ciudades debe darle una identidad a ésta y recobrar el sentido a todo aquello que se haya perdido; “la arquitectura tiene que ser firme, útil, porque resuelve la necesidad humana, pero tiene que ser bella porque tiene que sorprender, gozar del espacio”.