ANÁLISIS

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Por: Luis Ávila Aguilar

Independientemente de la opinión personal o de grupo organizacional que se tenga respecto a las reformas legislativas  recientemente aprobadas por el congreso federal, resultarán trascedentes e históricas para la vida política, económica y social de nuestro país. Veremos en el mediano plazo los resultados a favor o en contra de la población, en tanto, son ya una realidad y queda en manos del gobierno de la república su debida implementación.

En lo político y ante la cercanía del proceso electoral del 2015, en tanto, las fracciones en las cámaras legislativas y en los partidos políticos buscan apropiarse de los logros anunciados de estas, por lo que lo que respecta al Revolucionario Institucional; promueve su autoría, el Partido Acción Nacional; su supuesta responsabilidad que los pone a las alturas de los tiempos, las circunstancias y su actitud como oposición responsable, cuando se vio incapaz de lograr estas en su papel de partido gobernante a lo largo de 12 años.

El Partido de la Revolución Democrática, en tanto, fiel a su actitud de izquierda radical, no atina a reaccionar y se ha quedado en lo mediático, tratando de deslindarse de toda responsabilidad en el costo social que las reformas estructurales pudieran traer, como lo es en toda reforma de tal envergadura.

Andrés Manuel López Obrador, dirigente nacional y propietario del hoy Partido Movimiento de Regeneración Nacional falló en su   estilo populista de siempre y no a acudido a la toma de las calles, la realización de mítines y llamados incendiarios para sus correligionarios, muchos nos preguntamos qué paso o si le llego al preció, el tiempo lo dirá.

En tanto pues, la reformas estructurales en materia de telecomunicaciones, que eliminará como parte positiva para la población entre otras, el costo de la larga distancia. La fiscal; que generó mayor y sigue generando confusión entre los contribuyentes, y la energética; que permitirá la inversión privada para generar mayor competencia entre las empresas y con ello la puesta al libre mercado de los insumos energéticos, son ya una realidad.

El trabajo legislativo por su parte está concluido, se corre el telón teatral   y estamos viendo ya el alto costo económico de la factura legislativa que voto a favor y si no, ahí está para el ejemplo, el escándalo de la fracción panista en Puerto Vallarta.   Depende hoy del Gobierno de la Republica, el ejecutivo y su aparato de gobierno, llevar a la praxis estas reformas trascedentes, insisto para bien o para mal,   porque marcaran un hito en la historia económica de México, los mexicanos en tanto, esperamos resultados favorables para todos, pero más de la clase más sacrificada, la media…