AMLO, EL MERCADER DE CONCIENCIAS Y VOLUNTADES

0

CAPSULITAS DE POLÍTICA Y ALGO MÁS

Por: Guillermo Montelón Nava.

Al presidente López habría que hacerle muchos reconocimientos por todas las cosas negativas que le caracterizan y que, lamentablemente han sido sus peores instrumentos de gobierno: Las mentiras, la incongruencia, las ocurrencias, los resentimientos, la manipulación, la enorme corrupción, lo mismo que el revanchismo y el discurso polarizador, entre otras muchas de sus maquiavélicas estrategias.

Y es que en su ya larga trayectoria de mentiroso y manipulador, recurrir al engaño con posturas mesiánicas, le ha permitido dar siempre la apariencia de ser un personaje honesto y bien intencionado, aunque tenga que recurrir a maniobras como decir que él no ocupa de dinero, que no usa tarjeta de crédito y que le bastan 200 pesos en la bolsa para atender sus necesidades. Demagogia pura.

Lo cierto es que como político de vieja cuña, de aquel vetusto y anacrónico PRI, Obrador recurre de manera estupenda a la demagogia y al engaño, sobre todo para allegarse de incondicionales y de admiradores desinformados sin la capacidad de escudriñar en sus argucias y malos propósitos. Es el lobo hambriento con piel de oveja que desde que fue jefe de gobierno en la hoy ciudad de México, aprendió a manejar la mercadotecnia en la política, convirtiéndose en experto mercader de conciencias y voluntades que lo mismo compra a destacados empresarios que a medios masivos de comunicación y a periodistas, ya no se diga a políticos arribistas y rémoras que lo han seguido esperando favores y privilegios; a la masa la manipula sin problema.

Con esa careta de mesías, López recurre a las viejas artimañas del populismo, se cree el dueño de México y el gran líder que puede hacer y deshacer a su antojo, utilizando como bandera una desfasada ideología anticapitalista, supuestamente socialista, que lo lleve a ser el dictador y autócrata, muy lejos de la democracia que pregona, democracia que en los hechos rechaza porque quiere instaurar un gobierno casi monárquico, de un solo partido y hasta de un solo poder, el suyo, haciéndole creer al pueblo que es un demócrata, cuando su aspiración real es la de imponer sus ideas, sus caprichos y ocurrencias.

Por fortuna, la mentira no se puede ocultar por mucho tiempo y la verdad siempre impera. Por eso ya están saliendo a la luz las explicaciones de porqué estuvo más de 12 años sin trabajar, de donde salía el dinero para sus campañas y movimientos y ahora también se explica porque las grandes empresas de medios guardan silencio ante las graves acusaciones que lo vinculan a la delincuencia organizada o ante los escándalos de corrupción en su gobierno, entre sus amigos y sus hijos conocidos ya como el Clan de los López Beltrán.

La gran prueba de fuego para el pueblo es: Sí desea y espera un verdadero cambio, deberá reconocer en Obrador al mercader de conciencias y voluntades que quiere seguir comprando votos para mantenerse en el poder. Y en contraparte, convencerse que, de ese voto consciente y razonado dependerá que impere la democracia o se imponga la dictadura.

           *Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.