MORIR EN CARRETERA ( Urge ampliación de autopista a 6 carriles)

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

No solo durante las últimas semanas han ocurrido en la autopista Colima –  Manzanillo accidentes  graves que costaron un sinnúmero de muertes, sino que  la situación data de varios años atrás  desde que el turismo regional cobró vigor por la modernización carretera y  la ampliación de actividades económicas que tiene por centro y destino el puerto de Manzanillo.

Los accidentes no ocurren solamente por la autopista cuatro carriles sino también, y con gran frecuencia por la carretera  libre, entre Tecomán y el puerto y en la autopista entre la Ciudad de Colima y Ciudad Guzmán ; ya el autotransporte, incluso,  rehúsa pagar el peaje por esas  vías y muchos particulares de la región optan también por un uso similar, de ahí que las dos rutas son igualmente peligrosas.

Se cuentan por decenas los hogares que han resultados impactados por la pérdida de vidas, situación que  por el silencio de autoridades, no parece importar mucho. En la mayoría de accidentes, participan camiones de carga cuyos conductores  transitan sin revisión de las autoridades y sin el cuidado necesario de la carga que transportan. Ellos manejan con frecuencia muy cansados luego de  muchas horas de jornada y luego, por exceso o descompensación de la carga, por velocidad inmoderada  o por curvas sin peralte adecuado, dormitan o se descuidan hasta que provocan los accidentes.  Y   no se diga de los camiones doble remolque, que son un peligro por la velocidad que imprimen sus operadores cuando van vacíos sobre todo en los descensos, y con mayor riesgo cuando uno los rebasa en curva, ocasión en que se piensa que los contenedores se te vendrán encima y te matarán.  Es verdaderamente terrorífico transitar cerca de uno de ellos. En lo que a mí respecta, cada vez voy  menos por esos rumbos.

Precisamente, el lunes pasado, pobladores de  Buenavista y Venustiano Carranza,  manifestaron que por la carretera libre a Manzanillo, que linda por sus comunidades, hay un incremento del transporte de carga y de circulación de camiones doble remolque que pone en riesgo a conductores de vehículos pequeños y aún de personas que caminan al lado de la carretera o tripulan bicicleta o motocicleta.   

Los accidentes tienen  grandes repercusiones sobre la vida humana; afectan al mundo laboral porque cientos de personas se trasladan diariamente a los municipios costeros por cuestiones de trabajo, estudio o negocios, los cuales no ignoran si regresarán a sus hogares ante el creciente   número de accidentes.

Ante esa realidad, las autoridades guardan un silencio ominoso, piensan que ni les va ni les viene. Desde el gobernador para abajo, no se aprecia interés en dependencias vinculadas al transporte o a las comunicaciones por el cúmulo de choques mortales o las volcaduras que se producen. Seguro que están ocupadas en otros asuntos  y por ello ignoran lo que ocurre en las carreteras.

Pobre Colima,  olvidado a su suerte. Los últimos tiempos, hemos sufrido una ola criminal como nunca se había visto, a la que se suma   el deterioro de  instituciones, organismos de la sociedad civil y ciudadanos que pasivamente observan los acontecimientos dañinos. En estados del norte, los ciudadanos ya habrían cerrado  aunque fuera por un rato la macabra autopista   hasta no ver una respuesta oficial y acciones rotundas que protegieran a  usuarios, particulares y camioneros.  

  Me gustaría que, habiendo tantos candidatos en campaña, surgiera una propuesta o un plan de acción para terminar con esa amenaza diaria a la vida de las personas. Que hubiera alguien que se preocupara realmente por hacer ver a las autoridades, a legisladores locales y federales que pueden hacer algo en favor de la seguridad y someter a la ley el transporte complicado y peligroso que se efectúa en las carreteras del país, autopistas y rutas libres de pago de peaje.

De última hora, en una de sus propuestas más destacadas, Mely Romero, candidata de la coalición Pri, Pan Prd, dijo que lucharía por la modificación del pacto fiscal y  gestionaría ante la Federación que la autopista se amplíe hasta los seis carriles. Afirmó que con ello   se consolidaría un  liderazgo portuario- comercial que tuviera por eje a Manzanillo.

En fin, urge terminar con la masacre casi diaria que ocurre en nuestras carreteras. No hay motivo para cruzarse de brazos ante las muertes continuas que en ellas ocurren. Piénsese en las familias que terminan destruidas por la falta de familiares muertos, en cómo se truncan sueños y como la vida, de ser plena, se transforma en un calvario para tantos.