LA OTRA INFECCIÓN (Amlo quiere limpiar los puertos y las aduanas)

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana 

Las instituciones militares gozan de la aprobación de la mayoría de mexicanos por los fines que procura  y, fundamentalmente, por el auxilio que presta a la población en situaciones de desastre. En tales ocasiones, despliegan su potencial y en tiempo corto logran que la gente recupere su tranquilidad. Esta labor es altamente justiciera porque permite recuperar  en parte lo perdido por la gente ante  fenómenos telúricos, inundaciones, deslaves y hechos de violencia en poblaciones menores.. 

Pero  también es significativa su labor cuando luchan contra cárteles en situaciones  de gran peligro, como cuando viajan por la sierra y  pueden ser sorprendidos en emboscadas, tal cual  ha sucedido los últimos años. Nuestro Ejército y la Marina son ejemplo cabal de responsabilidad. Mi respeto para ellos. Los mexicanos les tenemos confianza porque lo que hacen representa para el país protección, armonía  y estabilidad.  Y esta confianza se agrandará porque hay la disposición presidencial de que se harán cargo del control de aduanas y puertos para atacar la corrupción. 

Pero fíjese usted que, al igual que pasa en otras instituciones, estas dos áreas estratégicas del gobierno han sufrido también el mal de la corrupción. Donde hay recursos financieros  y personas, hay la posibilidad  de que algo anormal ocurra. Es la condición humana. Se supone que  donde campea el espíritu de grandeza nacional, donde hay amor por la patria, respeto por la comunidad, solidaridad a toda prueba, no habría situaciones que avergüencen a ningún militar.

Pero no es así.  Medios nacionales difundieron que el Ejército mexicano desvió 240,5 millones de pesos (unos 14,8 millones de dólares) a una empresa fantasma que actuaba en confabulación con otras compañías para encarecer los bienes que ofertaba a la dependencia militar. Entre 2013 y 2016, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) realizó compras a DRM Aceros Internacional por supuestos insumos para la producción de armamento, municiones, explosivos y equipos militares. Sin embargo, la autoridad tributaria determinó en octubre de 2018 que esta era una empresa fantasma que simulaba sus operaciones porque no contaba con empleados ni infraestructura para comercializar los bienes.

“La mayoría de las contrataciones fueron por adjudicación directa e invitación a cuando menos tres personas, es decir, sin una convocatoria abierta de contratación (licitación pública). La Defensa Nacional es la única dependencia federal que firmó contratos con esta compañía desde que se constituyó, ya que no hay registros de compras hechas por otras dependencias federales de Gobierno”.

Sobre este asunto, subrayó lo siguiente Diario El País de España: El esquema de desvío tiene varios elementos de uso frecuente en el catálogo mexicano de la corrupción. Hubo competencia simulada entre empresas de compadres, trampas para evitar las licitaciones públicas, y un proveedor ‘de papel’, sin experiencia ni activos acordes a los proyectos que ejecutaba. Se trató de un esquema bastante burdo, francamente de principiantes. Por lo mismo, resulta difícil creer que se llevara a cabo por años sin el conocimiento de varios funcionarios, no sólo en la Dirección General de Industria Militar, sino también en otras áreas de Sedena.

Por otra parte, datos recabados por la escuela de Gobierno del Tec de Monterrey y México Evalúa mostraron el abuso que Sedena ha hecho de la asignación directa. Si el patrón hace lo mismo, ¿ por qué no lo harán los empleados ?  “Mientras que en 2013, al inicio del sexenio de Peña Nieto apenas asignaban 270 millones de pesos (21,1 millones de dólares al tipo de cambio de entonces), en 2018, el último año de ese gobierno, la cifra alcanzó los 3.270 millones de pesos (170 millones de dólares). En el actual régimen,  la Sedena ha entregado contratos por 5.000 millones de pesos (259,6 millones de dólares) en 2019 sin lanzar una convocatoria de contratación. 

Pienso que  ser de la milicia, con ser una distinción, no garantiza la  pulcritud o transparencia en los manejos de los asuntos de esa índole. Así y el jefe (Amlo) pregone que todo es limpieza y que no hay escaleras sucias en ese sector,  la realidad es que la corrupción está extendida en todos los ámbitos de la administración pública y que se necesitará grandes esfuerzos  para disminuirla..   La corrupción es la más dura infección que tiene el país. 

No se divinice pues a nadie, a ninguna área gubernamental. Reitero: si no hay buen ejemplo de los de arriba, si hay simulación, mentiras,  fracasará todo intento que se haga por establecer la pulcritud en las instituciones. Apoyemos al presidente en ese propósito de rescate de la dignidad de las instituciones.