CONJURA DE LA RAPIÑA

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Por Rodrigo Rosales Escobar

Histórica ente México ha sido un país pobre, casi miserable, explotado y por siglos humillado. Los conquistadores españoles hicieron saber a sus analfabetas reyes que los indios, bajo su potestad, carecían de razón y por más de trescientos años, nuestros ancestros fueron tratados como animales y obligados a pagar altos tributos para subsistir.

En alguna ocasión, el ex presidente de la República José López Portillo, al referirse a un prominente político y a su grupo, sentenció: -“Ésos, se robaron dos veces más de la riqueza que acumuló España en los tres siglos que saqueó a nuestro país.”- Lo dijo un hombre conocedor a fondo del sistema político mexicano.

Ahora los estragos de la corrupción, la impunidad y la falta de un liderazgo político, se hacen más evidentes por el deterioro económico que lastima y golpea a millones de mexicanos que empiezan a sentir la miseria, la falta de empleos, el abandono del sector salud en las frecuentes pandemias que minan la esperanza del bienestar, la tardanza en los resultados positivos de las reformas energética, financiera y educativa; por el contrario, sienten el acoso del crimen organizado, al desintegrar familias, convirtiendo a los adolescentes en presa fácil para delinquir a través de los cárteles que libremente se disputan las plazas de giros negros en toda la República.

El 21 de abril del presente año, los senadores, nuestros talentosos y patriotas representantes del pueblo en esa Cámara, le aprobaron a Enrique Peña Nieto, el llamado “Sistema Nacional Anticorrupción”, que reformó 14 artículos de nuestra carta magna, supuestamente destinado a combatir y sancionar uno de los males endémicos, que junto con la impunidad, constituyen la más terrible conjura en contra de México.

Nuestros senadores levantaron su mano para hacer lo único que saben, aprobar todo lo que envía el jefe Peña Nieto, y ni por asomo, propusieron incluir en el documento aludido, la eliminación del FUERO del que gozan el Presidente de la República, los gobernadores y los presidentes municipales.

Incuestionablemente que senadores que conocen la historia de México y han vivido capítulos de abusos del poder, levantaron la voz para señalar las grandes lagunas de que adolece el documento aprobado, destacando que más bien es solamente un proceso administrativo y no penal, como debería ser.

La semana pasada en el evento anual llamado “México Cumbre de Negocios”, auspiciado por la fundación Miguel Alemán Velasco, celebrado en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, en una entrevista que concedió a los medios de difusión, el multimillonario hombre de negocios, ex gobernador de Veracruz, senador por el PRI, presidente ejecutivo de Televisa y presidente del consejo de administración de Interjet, afirmó: “Es muy importante que alguien diga: de aquí en adelante, cero corrupción. Es urgente dar un mensaje claro y que al día siguiente alguien vaya a la cárcel y luego los que siguen, tres, cuatro. Pero si se dice que se va a combatir y no pasa nada…”. Afirmó Miguel Alemán Velasco.

A propósito del señalamiento de ese encumbrado político, muchos colimenses coincidimos que Colima es tierra fértil para hacer una gran redada y llevar a los políticos corruptos al banquillo de los acusados; pero además, confiscarles sus cuantiosos bienes.