Crónica de un juego definitivo

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Mauricio Castillo

Por primera vez en el que tengo la oportunidad de escribir esta columna, está siendo escrita al tiempo que la selección mexicana disputa el encuentro definitivo contra su similar de Croacia. Cuando usted lea el final de la misma, puede usted estar seguro que habrá sido escrita tan solo segundos después del final definitivo. Por supuesto en donde me encuentro tengo un tequila de por medio, y mi primer sorpresa es encontrarme en la manteleta de la cantina con la imagen del Piojo anunciando un producto contra la gastritis. ¡Puf! En lugar de tequila deberían de servir a todos un trago gratis de este producto. En fin.

La televisión mexicana hace enlaces hasta el Ángel de la Independencia donde había un comentarista y cuatro niñas cantando el ‘Cielito Lindo’ en medio de la incipiente lluvia. De risa loca. Parece que en Brasil y México el pronóstico es el mismo en cuanto al tiempo. De los goles hasta este momento no sabemos nada. Termina el primer tiempo con una selección mexicana todavía temerosa de atacar, más que cuando lo hizo con Brasil. En el estudio de la W donde se graba ‘Miembros en Pelotas’ hay gritos ante el tiro de Herrera, que parecía se convertiría en uno de los mejores goles del Mundial. Malditos cinco centímetros que harían la diferencia en el ángulo. No es mi caso. No importa. La esperanza sigue.

El árbitro, ahora sí más ciego que el Presidente Maduro ante el descontento social de Venezuela, no marca una mano del equipo Croata, que encabrona a todos. No queda duda que México juega de local. No logran contarse más de 100 croatas que nos recuerdan más a una visita al aeropuerto, por aquello de los cuadros blancos y rojos, que por una afición en un estadio. El grito de ‘puto’ no ha sido contenido por nadie, ni por la FIFA, que ahora prefiere callar. En fin.

Estamos en el segundo tiempo. ¡En la madreeeee! Hay dos manos clarísimas en el juego y el árbitro pareciera solterona urgida, le metieron dos manos y pareciera que lo disfrutara. De pronto… ¡Gooooooool! Que pinche gusto tan contenido. La cara del Piojo es inigualable. Ningún técnico en el mundo logra lo que nuestro estimado director técnico con su cara. Miguel ha logrado lo que pocos, unir a una selección que no existía y al tiempo hacerlo con todo México. Y de pronto… ¡gooooooooooool! Al Piojo lo aplastan en su lugar. Memo Ochoa corre, salta y lo abraza como si abrazara al país completo. Jugada sensacional entre Chicharito y Guardado. Falta poco para invadir el Ángel. Y de pronto, Chicharito reconquista a México. Golazo de Javier. Carajo, que hermoso es el futbol cuando se juega con el corazón. Gol croata, pero el ánimo no cae. México en la siguiente etapa. A seguir trabajando, ellos y nosotros. Ahora por favor que el Presidente no crea que ganó él, y que no empiece con sus ideas del hambre de ganar. Sabemos perfecto quién lo hizo. Y los Croatas se van a casa tratando de digerir tres goles en contra y toda la palabrería que destilaron, hasta su jugador expulsado que va de regreso hasta su país con la roja y el repudio de muchos. Vamos por él que sigue. Cuidado, Holanda. Saludos.