TONALTEPETL

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Por: Gustavo L. Solórzano

Cual hormigas bajo el presagio de lluvia, los aspirantes, que por cierto son muchos, dicen visitar barrios, colonias y comunidades. El mejor ángulo, la mejor sonrisa, “soy X, el mejor candidato, o la mejor candidata”. Propuestas, suspiros y hasta promesas, surgen de quienes desean, alcanzar la simpatía que se traduzca en voto. La gente votante esta despierta, hoy su deseo real y sincero es que quienes prometen, cumplan cada uno de sus sociales sueños… salud, educación, seguridad y empleo.

Hay preguntas obligadas que por estos días son “el saludo” entre amigos. La incertidumbre que genera un proceso político es cotidiana; sin embargo esta vez sobrepasa las expectativas sociales y de los propios politólogos. Los medios de comunicación y las redes sociales como nunca, están jugando un papel importante y que en un momento dado, puede ser determinante sin duda.

El estilo acostumbrado de agredirse entre candidatos ha tomado un cariz distinto esta vez, una parte significativa de nuestra sociedad sigue de cerca el diario acontecer de nuestro México. La interacción en las redes sociales de una sociedad cada vez más atrevida, corre el riesgo de desbordarse, si no es que ya sucedió y nade lo hemos notado aun.

Apreciable aspirante, tal vez aun sea tiempo, por favor hable con la verdad y solo de sus proyectos y aspiraciones, de sus objetivos. Evite hablar mal del “otro”, eso desvirtúa su propuesta, además solo abona a la violencia, ya ve lo que le paso a ese periodista famoso.

Hoy los colimenses y mexicanos, queremos escuchar un mensaje real y positivo, palabras nacidas del alma que alienten al otorgamiento de la confianza. Evite comprometerse prometiendo algo que nunca va a cumplir, ya sea porque no le compete o simplemente porque no está a su alcance. A la gente nos gusta que nos hablen con la verdad, máxime si se trata de un compromiso electoral, seguro estoy que usted me entiende.

Hasta aquí puse una pausa a mi escrito y nos fuimos al jardín, los colimenses parece que entre la fiesta, olvidamos aunque sea por un momento las cosas que nos entristecen, las preocupaciones cotidianas y disfrutando una rica agua de guanábana, refrescamos nuestro andar. Son las diez de la noche y muchas son las familias que pasean por la calle Madero, las vendimias están abarrotadas aunque la gente no compre, solo observa y entre la algarabía mundana dirigen sus pasos hacia otro puesto. Antojitos regionales, tacos, churros, pasteles, vinos y jugos entre otros productos artesanales, forman parte de la oferta. Saludo a Roberto Chapula de la Mora, en compañía de su esposa, más allá al Doctor Armando Herrera también acompañado de Adela, su apreciada compañera de viaje. La gente sonríe, camina y disfruta, la ciudad está de fiesta.

ABUELITAS:

Regresamos a casa caminando, pasan de las doce y siento unas gotas de agua perdidas que caen desde la inmensidad del cielo, pronto descubro que es el presagio de una maravillosa lluvia que nos cubre por completo. Los truenos de mayo me hacen evocar a mi madre; llegamos empapados a casa, felices y agradecidos por un día que culmina, confiando en que el mañana traerá nuevas nuevos aprendizajes. Es cuánto.