Valores de la Educación en Roma y Grecia

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Por: Manuel Olvera Sánchez

Los historiadores más importantes y destacados que se han dedicado a estudiar al pueblo romano han concluido que sus autoridades en su momento, solo se limitaron a copiar íntegramente las formas y acciones de la educación griega.

Lo anterior ha ocasionado que otro sector estudioso en la materia, rebata las conclusiones anteriormente señaladas, fundamentando su criterio bajo una serie de argumentos entre los que se encuentran el hecho de que al entrar la cultura griega  de manera tardía a Roma, ello significa que tuvo que existir un tipo de educación original y genuina.

También se señala lo relacionado a la concepción opuesta que tenía un pueblo con relación al otro, por ejemplo, los Griegos consideraban a los Romanos como unas personas toscas e incultas; a su vez que los Romanos veían a los Griegos como visionarios pero carentes de sentido práctico.

Se maneja en principio que en Grecia nació la individualidad, que era una característica que lo hacía diferente de los demás pueblos, en tanto que  en Roma, también se presenta la individualidad solo que bajo el esquema de atender las posibles desviaciones de tipo moral que se presentaran, y en el último de los casos, se adaptaba a las necesidades de la república.

Al ser Roma un pueblo en el que la mayoría de su pueblo se dedicaba a la agricultura, y otros eran legisladores, conquistadores y colonizadores, había que contar con una educación personalizada, alejada totalmente de las teorizaciones, razón por la cual en Roma se encuentran pocas ideas pedagógicas, y sí, muchas acciones educativas.

El romano se educaba a la familia porque creían que en ella estaba la célula que le daba orden a la república. Durante este periodo de la historia de Roma se le daba más importancia al aspecto formativo, dejando a un lado el aspecto informativo; porque al niño se le educaba bajo costumbres que los mayores le dictaban, y también por los legados de sus antepasados.

La historia del pueblo romano lo marca una gran influencia por parte de los griegos, pues en esta etapa surgen los llamados “litterator” quienes tenían la tarea de enseñar a leer, escribir y contar, para más tarde aparece el “rethor“, que enseñaba retorica la cual no era del agrado del senado, y prohíbe la retórica griega buscando proteger la moralidad.

El pueblo romano veía la política como la forma de dirigir las masas hacia un objetivo que rindiera frutos a la república y no como el medio para obtener beneficios personales que se tradujeran en acciones de total discriminación para su pueblo que en un momento dado se sentiría ofendido.

En el primer siglo de nuestra era el pueblo romano empezó a sufrir una descomposición entre sus jóvenes al grado tal de que se perdieron muchas de sus virtudes, los jóvenes se convirtieron en unas personas apáticas y no respondían ante los problemas de la vida pública; las convicciones religiosas y morales caen a la nada, originando con esto la desaparición de convicciones sinceras y morales.

Fue tan significativa la descomposición de los jóvenes quienes eran el motor que  impulsaba a Roma, que Quintiliano recopiló en una de sus obras llamada “instituciones oratorias todo lo concerniente a educación, desde la infancia hasta lograr el buen orador, que debe ser el hombre perfecto en la sabiduría y en moralidad.

Asimismo es importante mencionar que cuando Grecia llega a la culminación del neoplatonismo lo cual sucedió en el siglo II, es precisamente en ese mismo tiempo cuando Roma alcanzaba la cúspide de su practicidad del derecho.

Es en este lapso es en el que nace una nueva doctrina como el cristianismo, que viene a sustituir al hombre sabio y al hombre práctico, por la figura del hombre santo y que cada uno deberá buscar la salvación y deberá responder por sus actos sin capacidad de comparación alguna.

Dentro del cristianismo no existen categorías ni clases sociales, sino una completa igualdad que nace del fin último y no de su posición en el estado terreno.

Después de los anteriores apuntamientos llevados a cabo con la finalidad de detectar acciones que permitan encauzar la educación de nuestro país hacia la solución a los problemas que enfrentan las nuevas generaciones y pueblo mexicano en general, nos quedan en claro las siguientes observaciones a poner en práctica:

Desde la Roma antigua se le daba importancia al aspecto formativo porque al niño se le educaba bajo costumbres que los mayores le dictaban, y también por los legados de sus antepasados.

El pueblo romano vio a la política como la forma de dirigir las masas hacia un objetivo que rindiera frutos a la república, y no como el medio para obtener beneficios personales que se tradujeran en acciones de total discriminación para su pueblo que en un momento dado se sentiría ofendido.

Así mismo se observa en el primer siglo de nuestra era, como el pueblo romano empezó a sufrir una descomposición entre sus jóvenes al grado tal de que se perdieron muchas de sus virtudes, convirtiéndose en unas personas apáticas que no respondían ante los problemas de la vida pública; las convicciones religiosas y morales cayeron en la nada, originándose la desaparición de convicciones sinceras y morales.

Así pues, debemos analizar lo anterior, y ver hasta donde en nuestro país prevalecen algunos de los dictados sustantivos señalados, y cuáles es necesario retomar para el bien de todos.

La visión que tenías sobre mí, no la defraudare, eso me fortalece aún más, serás ese impulso para lograrlo.

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