TONALTEPETL

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Por: Gustavo L. Solórzano.

De la abundancia del corazón, habla la boca.

¿Se ha fijado usted que amablemente me lee, qué tipo de vocabulario usamos en el día a día? Parece que la pobreza se ha metido en nuestras conversaciones, nos habla al oído. Para no arraigarla, es necesario erradicar para siempre algunas expresiones de nuestro vocabulario. Entre ellas las siguientes:

Poco a Poco: Cuando la mayoría de las personas empiezan algo, suelen afirmar: “avanzaremos poco a poco”. La palabra “poco” significa “escaso”. ¿Qué imagen ves cuándo escuchas la palabra “poco”? Por favor ponga atención a lo siguiente: “Lo haremos poco a poco” vs “Lo haremos paso a paso.” La segunda expresión es más edificante, construye un cuadro mental de más fuerza y posibilidad. En consecuencia, amplía nuestro panorama para seguir creciendo. Otro concepto que comúnmente usamos es el de, “Tengo que”, esta palabra significa carencia. Por eso es importante sustituir de nuestras expresiones, las frases que representen debilidad, o que nos lleven al pasado.  Necesario entonces cambiar nuestro lenguaje y decir: ¡quiero! El solo hecho de pronunciar las palabras desde una posición activa y en tiempo presente, que hablen de decisión y voluntad, ya cambia nuestros cuadros mentales.

Nuestra forma de comunicación diaria parte de la historia familiar, de aquello que escuchamos de nuestros padres y ello a su vez de los suyos. “Voy a tratar”, por ejemplo, es otra expresión muy usada (es algo así como fracasar en el intento).  Nuestra sociedad está cansada de los ‘tratadistas’, se necesita gente que lo haga”. Es tan simple decir: ¡lo haré! y si no puede o no quiere hacerlo, sencillamente diga: ¡no lo haré! El mundo no se viene abajo, sigue su curso, no pruebe suerte, no lo haga “para ver” cómo le va. Así que cada vez que dice “voy a tratar”, está acostumbrando a su mente a “intentar”, a “negociar”. ¡No negocie con su mente, dele órdenes y obedecerá!

¿Cuántas veces ha escuchado o repetido la frase vale la pena? Precisamente esa es otra expresión común del vocabulario de la pobreza. Representa pena, tristeza, dolor, angustia Lo que usted hace o hará, no vale la pena, vale el esfuerzo, vale la satisfacción, la alegría y lo llevará al sano logro de su objetivo. La vida es sencilla, solo que los humanos la complicamos de mil maneras; por ello, al mejor estilo de los grandes ídolos que visitaban las arenas Almoloyan o la Victoria, usamos el término “En la lucha”: Es una respuesta típica en muchas personas, cuando le preguntan ¿cómo estás?”: “Aquí, en la lucha”. Sin darnos cuenta que tal afirmación inconsciente, está creando en nuestra vida la sensación de “luchar”, de ir contra lo difícil, contra obstáculos, lo cual puede convertirse en un hábito, llegando a creer que, en realidad, se lucha en contra muchos para poder conseguir lo que se quiere.

En lugar de “Aquí en la lucha” podemos crear otra afirmación que nos permita recrear un escenario de armonía, paz, tranquilidad y fortaleza. Por ejemplo, responder: ¡excelente!, ¡Contento! ¡Sano! U otra afirmación positiva. Hay que prestarle atención a las palabras, pues una palabra es un pensamiento hablado, en consecuencia, un pensamiento es una palabra en silencio. Las palabras llevan el poder que les damos, energía creadora: crean ideas, crean sensaciones; lo que escuchas puede determinar lo que sientes. Sin duda as palabras crean cuadros mentales, ¿Qué abunda en nuestro corazón?

ABUELITAS:

 

Las abejas necesitan flores, espacios limpios y respeto a su vida, sin ellas, nos vamos también nosotros. Importante que instituciones educativas integren dentro de sus planes de estudio, en caso de no tenerlo, aspectos que promuevan un absoluto respeto a la biodiversidad. El tiempo se acaba, tiempo es, de hacer algo. Es cuánto.