TONALTEPETL

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Por: Gustavo L. Solórzano

Un detalle que suele presentarse en al ámbito de la política, es que quienes aspiran a un cargo de elección popular y llegan, suelen caer en la tentación de perpetuarse. Ejemplos tenemos muchos, no es el caso ventilar a nadie en especial. Sin embargo, territorio, propiedades y vidas, se han perdido en aras de la “democracia”. He señalado que ejercer la política es un don de gente inteligente, obviamente la política partidista, en el mayor de los casos y el deseo de “servir a la ciudadanía”, son sinónimo de chamba y ambición de poder. Contados con los dedos de una mano son los políticos que usan su presupuesto para gestionar y facilitar a sus representados la solución a sus necesidades.

Algunos que no llegan después de varios intentos, no logran entender que son personas no gratas para la mayoría de votantes e insisten hasta perderse en el olvido; en el pasado inmediato, el que tenía posibilidades hasta compraba las candidaturas, mas no compraban conciencias, en consecuencia, muchos de ellos perdían candidatura, dinero y hasta la amistad del mercader. Sin duda el sueldo obtenido y los beneficios que se derivan de puesto de elección popular son muchos. Todos, absolutamente todos dejan buenos dividendos, aquí cabe aquella máxima, en política, el más chimuelo masca clavos. 

Es importante entender que somos humanos, por ello, las pasiones suelen dominarnos y nos llevan a perder piso, pues luego pasa, dicen, que quienes representan a los partidos desde las altas cupulas, se arreglan en lo oscurito para decidir el rumbo de su “política” y con ello, quien será y como llegará el ungido. Mientras tanto, la sociedad se desbarata, se ofende y hasta se agrede, incluso con funestas consecuencias por defender al “mejor”. 

Por otro lado, algunos dirigentes o franquiciatarios de partidos políticos, que no líderes, suelen, según dicen, manejar a discreción los ingresos autorizados y los usan para alcanzar sus “objetivos”, no los de sus votantes. Así mismo, se usan las influencias y los compadrazgos para “unificar” criterios a favor o en contra de tal o cual situación. Por eso luego algunos programas no avanzan, porque dependen de la aprobación de terceros.

A lo anterior, es necesario agregar que la política partidista suele estar influenciada además de los egos de quienes la ejercen, por medios informativos y pequeños grupos que viven de las dadivas que exigena quienes ostentan un cargo, “el que no enseña no vende”. Es entendible que así pase, la promoción de una imagen implica el compromiso de informar, sí. Lo que no es concebible, es que directivos de medios en algunas partes del mundo, por ejemplo, quieran determinar el rumbo y las acciones de los gobiernos en turno, al grado incluso, de querer influir en las designaciones de quienes habrán de ser los premiados con la posibilidad de contender. 

Tampoco es entendible que pequeños grupos de poder se atrincheren con la pseudo promesa de arrimar votantes, obligados, manipulados y en muchas ocasiones comprados con el dinero de la sociedad, peor aún, con la amenaza de que “si no mes das, voto en tu contra o me opongo a tu planteamiento”. ¿En qué momento se permitió esto? En un momento de corrupción, desamor y falta de respeto a sí mismo y a la sociedad, sin duda. Lamentablemente así ha funcionado siempre.

ABUELITAS:

Es necesariamente urgente que los dirigentes de los partidos políticos diseñen y manejen una nueva forma de ejercer la política. Ellos y la sociedad lo necesitan, integrar a gente que no vaya tras el poder y el dinero es quizás utópico, afortunadamente es posible. Escoger a los mejores ciudadanos para la sana y respetuosa contienda, es el premio que los mismos ciudadanos merecemos, sin duda todos nos necesitamos. Es cuanto.