TONALTEPETL

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Por: Gustavo López Solórzano

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada. Mario Benedetti.

El ser mandadero era una buena forma de ganar dinero y además de solventar algunas necesidades menores, me permitió en muchas  ocasiones ayudar para que mi madre no gastara en mí. Algunos de los muchachos de mi época nos manteníamos sanamente ocupados en la escuela y en alguna actividad que generara algún ingreso.  Juan ayudaba a su padre con un carro de fruta picada; recuerdo con gran gusto los famosos mangos a gogó, con chile limón y sal, que en varias ocasiones me compartió. Claro está que también teníamos compañeros cuyos padres, habían sido más favorecidos económicamente y en consecuencia ellos solo iban a la escuela. Martín apoyaba a su padre con la elaboración y venta de las deliciosas nieves de garrafa, David hacía lo propio con su padre en una carpintería y así, de una manera u otra, la mayoría nos ganábamos la vida honestamente.

Actualmente algunas instituciones trabajan para evitar la explotación infantil, que sin duda es una triste realidad. Los niños trabajadores superan casi el doble en número a las niñas que trabajan: el 67% de los niños entre 5 y 17 años trabaja (2, 441,070), en comparación con el 33% niñas. Organismos como la Unicef a nivel internacional y el Dif en los estados y municipios, se han dado a la tarea de velar por la salud integral de la niñez vulnerable. En nuestro país, aproximadamente 7 de cada 10 trabajadores entre 5 y 17 años viven en las zonas rurales de México, y 3 de cada 10 en las ciudades, lo que equivale a 1, 114,991 niños y niñas residiendo en las capitales de los estados y/o en las localidades con 100,000 habitantes y más, y a 2, 532,076 trabajadores infantiles en las áreas de menor tamaño poblacional.

Naturalmente más que cifras, la realidad impide que muchos niños lleven una vida sana, “normal” y ven frustrados no solo sus sueños, sino que en muchas ocasiones hasta pierden la vida. Indudablemente nada que valga la pena es fácil, la situación económica está difícil para todos, las políticas públicas en ese sentido han fracasado y hoy la gente también muere de hambre, principalmente los sectores poblacionales mas desprotegidos, niños y ancianos. Afortunadamente, reitero, aun cuando falta mucho por hacer en Colima, la suma de esfuerzos y voluntades va poco a poco rindiendo frutos. Esta casa editora dios cuenta de cómo los productores asociados al Consejo Estatal Agropecuario, vienen certificando a los productores que no contratan a menores de edad, tan solo por mencionar un ejemplo adicional a la labor de los  Dif Estatal y municipales. Por cierto, aprovecho estas líneas para felicitar a la Profa. Leticia Contreras de Rangel y a su equipo de trabajo porque obtuvieron el reconocimiento “México Sin Trabajo Infantil” 2014, de manos de La Comisión Intersecretarial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección de Adolescentes Trabajadores en Edad Permitida en México (CITI) a través de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. Muchas felicidades y adelante.

 

ABUELITAS:

“No es posible construir una mejor ciudadanía si no se es empático a las necesidades de las personas” afirmó con la sencillez que le caracteriza, el Secretario de Educación Dr. Armando Figueroa Delgado, al recibir un reconocimiento del Patronato del Centro Estatal de Cancerología. Así mismo, agradeció a quienes participaron con su donativo en beneficio de los pacientes con cáncer y dijo que la escuela es el lugar propicio para que se sucedan actos de amor, en la construcción de personas más humanas en un contexto educativo, de ahí que se continuará apoyando a este tipo de causas. Felicidades y sí, apoyar a quien lo necesita es tarea de hoy. Es cuánto.