TONALTEPETL

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Por: Gustavo López Solórzano

Para tener enemigos no hace falta declarar una guerra, solo basta decir lo que se piensa. Martin Luther King. (Que pena que algunas personas prefieran escuchar lisonjas)

El trabajo o explotación infantil son dos cosas distintas, es importante que a los niños les asignemos responsabilidades acordes a su capacidad mental y física para contribuir con ello en su formación y desarrollo como individuos sanos. En mi tiempo de infancia, ayudábamos a nuestros padres en los quehaceres del hogar, hacíamos mandados a los vecinos de confianza y a cambio recibíamos unas monedas que apoyaban nuestros gastos personales. Don Pedro Villarruel Castañeda, propietario de la desparecida “Copa de Oro” nos pagaba por ayudarle a descargar la camioneta llena de calzado o a cargarla; Don Ignacio Moreno, nos pagaba por descargar los camiones llenos de fruta para su comercialización; Mariquita Barajas se apoyaba en nosotros para que le trajéramos paquetes de correos o de la central camionera para su juguetería; cualquier vecino que necesitara un apoyo tenía la confianza solicitarlo con nosotros y para los niños o adolescentes del barrio, era una petición de ayuda esperada, representaba un ingreso necesario.

Mi amigo Juan ayudaba a sus padres con un carrito de fruta, Carlos, otro buen amigo atendía junto con su hermano y su madre, la Florería Carmen, mi amigo el gordo, así le decíamos de aprecio, ayudaba a su padre vendiendo tuba en un balsa; David Ricardo apoyaba a su padre en la carpintería, mi amigo Juna hacía lo mismo con sus padres en la tienda de material eléctrico. Pocos eran los amigos o compañeros de escuela que Vivian en “Jauja” (de Lope de Vega), la mayoría realizábamos algunas pequeñas actividades para “que sepan lo que cuesta ganar el dinero” decía mi madre.

La verdad es que en honor a la verdad mi infancia estuvo “papita”, porque comparándola con algunos amigos que eran hijos de campesinos o cuya situación económica era precaria, pues ellos sí que sufrían, afortunadamente, esa, esa es otra historia. En Colima, Roberto Barbosa, Delegado del Trabajo aseguró en el mes de agosto que no existía ni en la ciudad ni en el campo, explotación infantil. En su opinión el trabajo coordinado entre autoridades estatales y municipales permitía corroborar su versión y evitar con ello que se presenten este tipo de situaciones. En el 2012, según datos de UNICEF, Colima ocupaba una taza del 16.3 por ciento en relación al trabajo infantil, superado apenas por Guerrero y Nayarit con un 17.6 por ciento y un 16.7 por ciento respectivamente.

Necesitamos tener muy claro que si un adulto desprotege a un niño, este vive riesgos que ponen en peligro su vida, los adultos somos el soporte vital de todos los menores. Por eso reconozco el hecho sin precedentes que realiza la Profa. Leticia Cortes de Rangel, quien como parte de las acciones permanentes que realiza el DIF Municipal Colima a través del programa PANNAR, viene encabezando recorridos nocturnos para dialogar con empresarios de diversos establecimientos en busca de menores que estén laborando y con ello, en riesgo de explotación infantil. Estas acciones son sorpresivas e incluyen como parte de su beneficio a personas de la tercera edad. Importante que la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, la Policía Estatal, la Dirección de la Prevención del Delito, las direcciones de Licencias y de Abasto y Comercialización del Ayuntamiento de Colima, sean parte dl equipo de trabajo para el buen logro de estas acciones. Felicidades al DIF municipal y a todos los que participan en bien de los demás.

ABUELITAS:

Ayotzinapa, cuanta podredumbre se esconde bajo tu cruel realidad, mientras otros se desgarran las ropas por nada. Es cuánto.