TAREA PÚBLICA

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RR, UN LIDERAZGO  PARA EL PRI

Por: Carlos Orozco Galeana

Si al PRI le salieron mal las cuentas en la pasada elección al ser superado partido a partido por el PAN, tiene la oportunidad de reencontrar pronto el camino e iniciar su recuperación que lo lleve a un estado firme superior a sus rivales.

Si se confirma el triunfo de Ignacio Peralta por el famoso Trife, habrá que tomar en el PRI   cartas en el asunto y proceder al relevo de su dirigencia.  Rogelio Rueda ya dijo que su aspiración es dirigirlo  y al hacerlo públicamente se habla de una decisión suya personal clara, precisa y fundada.

Realmente, Rogelio méritos tiene de sobra para lograr su objetivo. Tiene una trayectoria política y de servicio muy completa y un fogueo sin igual en el manejo de asuntos públicos,  logrado a base de un ejercicio institucional y comprometido. Rogelio no es hombre de grupos. Es un hombre de mentalidad abierta, autocrítico, propositivo y con una idea clara de cómo transformar al PRI para que cambie su status de obediencia a los  dictados del gobernante a otro que impulse  la democracia interna, que es de donde cojea. El verticalismo es su propio veneno.

El gobernador electo, Ignacio Peralta,  seguro que tiene en gran valía la contribución  de Rogelio en su proyecto que lo ha llevado a ganar la elección constitucional, y además el comportamiento ético, de amigo, que le dispensó como competidor pues guardó respeto hacia él, mesura, y luego la colaboración necesaria, que aún persiste. Como quien dice, Ignacio  tiene ante sí la fruta peladita y en la boca, porque Rogelio es el hombre llamado a ser el artífice de la renovación del PRI, salvo que el diablo meta la cola.

El ex secretario de gobierno tiene el perfil para hacer política de la buena que ofrezca equilibrio entre los distintos grupos y sobre todo una relación de respeto hacia todos ellos.   Además,  Ignacio Peralta tiene a su favor (políticamente hablando) algo esencial: la cercanía de Rogelio con el próximo presidente del PRI, Manlio Fabio Beltrones, beneficiaría su administración por la calidad en la gestoría que Rogelio ha hecho  a favor de los intereses de Colima y que debe consolidar en estos tiempos.

Sería benéfico para el PRI local que su dirigente tenga  una buena vinculación  como la de Rogelio Rueda con, por ejemplo, un personaje de la talla de   Manlio Fabio Beltrones, compañero de fórmula y colaborador asiduo suyo en el Congreso federal, que mucho le serviría a este partido en su fase de restauración.

Por eso digo que Ignacio Peralta, con el sartén por el mango a partir del uno de noviembre,   podría aportar su voto a favor del manzanillense para que dirija al PRI en una etapa muy ardua que tendrá los tres años siguientes. Ignacio tendrá que aportar una buena cantidad de votos en la siguiente elección presidencial para quedar bien con EPN (¿con Beltrones?) y, también, para recuperar lo perdido ante sus opositores que le ganaron a su partido las alcaldías más importantes y la mayoría de diputaciones locales. No puede presentarse con las manos vacías al CEN del PRI.

Pero bueno, en política no hay nada escrito. Muchas veces se ven las cosas con claridad en relación a un tema y salta la liebre sorpresivamente. Pero una visión realista de la política en Colima tendría que fijarse en perfiles, capacidades, experiencias y resultados, oportunidades que se aparecen, etc, para tomar decisiones correctas.

El PRI no tiene tiempo que perder. Si piensa recomponer el camino y  eliminar el riesgo de un desastre mayor en el 2018, debe ser conducido con madurez, inteligencia, apertura y con una dosis altísima de ese elemento llamado democracia al que muchos políticos rehúyen como si fuera el “coco”. Errar en la selección de quien debe conducir su destino,  equivaldría a darse alguien un tiro en la cien y por lo que aprecio, nadie, antes de comenzar la función, querrá perdérsela.

Rogelio Rueda, quien podría optar sin embargo por otras  ocupaciones a nivel central reúne, pues, cualidades múltiples que deben ser aprovechadas por su partido. Conoce la clase política local, es un experto en entablar diálogo, tiene equilibrio y buen  juicio, se mueve con diligencia en los medios de comunicación y, como ya dije, resulta casi una ganga para quien dirigirá los destinos de Colima por la calidad de interlocución que puede ofrecer al interior del PRI y ante las diversas instancias de poder central.  Pero bueno, cada partido es un mundo y nada está arreglado  en el PRI todavía.