TAREA POLITICA

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POR LA CULATA

Por José Luis Santana Ochoa

Quince días antes de las elecciones del domingo 07/06/2015, los entonces candidatos por la triple alianza PRI-PVEM-PANAL a la gubernatura del estado y a la presidencia municipal de Manzanillo, José Ignacio Peralta Sánchez y Francisco Zepeda González, respectivamente, se rompieron las peinetas, y como consecuencia del pleito de comadres, el primero de ellos se abrió de capa a favor de la ganadora panista de la alcaldía porteña, Gabriela Benavides Cobos, y el segundo le ordenó a su gente promover el voto por Jorge Luis Preciado Rodríguez. El resultado de la traición mutua fue que Peralta Sánchez perdió la plaza porteña por seis mil votos y Zepeda González por veinte mil. Dolido éste por la paliza electoral recibida que lo ubicó como el aspirante priista a la alcaldía del Puerto que ha sacado la votación histórica más baja en los últimos dieciocho años, cuando había soñado con recibir sesenta mil sufragios, amenazó con retirarse de la arena política y dar el cambiazo a docente. Como de profesor le iban a pagar la mitad que de regidor, tuvo que integrarse al cabildo sin hacer gestos.

A pesar del odio jarocho que se desató entre quienes mutuamente se jugaron chueco, José Ignacio Peralta Sánchez, desesperado porque las recientes encuestas sobre las preferencias electorales de los colimenses levantadas por órdenes del mismo CEN del PRI, lo ubican muy por debajo del panista Jorge Luís Preciado Rodríguez, a quien le ha hecho lo que el viento a Juárez la guerrea sucia contra él tan pésimamente orquestada y peor llevada a cabo por el abstemio presidente totalmente Altozano del CDE del PRI, Rogelio Humberto Rueda Sánchez, tuvo que pedirle frías al perdedor Francisco Zepeda González, a quien ya el robusto delegado del CEN del PRI en Colima había inflado en su discurso como un político de altos vuelos al que traicionaron nada más ni nada menos que 40 mil de sus paisanos que sufragaron a favor de la panista Gabriela Benavides Cobos.

La estrategia peraltista fue más allá de la integración del perdedor fernandista Francisco Zepeda González para hermanarlo con Virgilio Mendosa Amezcua, arrejuntamiento de dientes hacia afuera que fue registrado en la fotografía de rigor tomada el martes en conocido restaurante de Manzanillo ubicado sobre el Boulevard Miguel De La Madrid Hurtado y a la que la prensa peraltista le dio amplia difusión para presumir que José Ignacio Peralta Sánchez había operado el milagro del abrazo de Acatempan versión “El Caballito” , que sólo duró el instante del disparo del obturador de la cámara que lo tomó.

Encabritado porque al evento se le colaron Sergio Sánchez Ochoa, Mariano Trillo Quiroz, Martín Sánchez Valdivia y Fernando Morán Rodríguez, el regidor prisita que había jurado y perjurado que se retiraría de la política para dedicarse de tiempo completo a echar a perder juventudes en la Universidad de Colima, dejó en claro que estaba en el encuentro del medio día con la prensa para “apoyar a Peralta Sánchez y no para otra cosa”, es decir, que no hay borrón y cuenta nueva con Virgilio Mendoza y con algunos priistas traidores, mucho menos perdón y olvido. ¡Sopas perico! No contento con tales exabruptos, el joven galán todavía tuvo cuerda para echarle en cara a Virgilio que dónde estaba su gente, pues únicamente lo acompañaban priistas, lo que el armeritense aceptó diciéndole que ellos habían sido desdeñados por caciquillos como el propio Francisco Zepeda González, y que desde hacía 9 años estaban trabajando con él.

Al ubicar en el mismo plano a un político de peso pluma como Virgilio Mendosa Amezcua con otro peso paja como Francisco Zepeda González, y desdeñar a otros perdedores como los actuales regidores priistas-verde ecologistas-panalistas del cabildo porteño, José Ignacio Peralta Sánchez no quedó bien con nadie, sólo alborotó el gallinero porteño al que dejó más dividido y confrontado que nunca, una prueba más de que entre más de mueve más se hunde. En síntesis, le salió el tiro por la culata.

EL ACABO

* En Manzanillo hasta los empresarios peraltistas quieren de candidato a la gubernatura del estado 2016-2021, a Virgilio Mendosa Amezcua, quien podría ir por la alianza PVEM-PRI. Y es que, consideran, José Ignacio Peralta Sánchez ya tuvo su turno al bat y lo desperdició. Además, después de la elecciones del domingo 07/06/2015 se les manifestó a plenitud con su verdadera personalidad marcada por la

soberbia, utilitarismo, engreimiento, elitismo y desprecio por los demás.

* Como un perdido a toda va, de pronto, Nachito se hace retratar cargando niños, abrazando mujeres como Enrique Peña, con Baldo el tubero cuyo producto nunca jamás había bebido y el vendedor callejero de cocos. Sólo le falta aparecer con Don Chema El Tejuinero y con algún carnicero de cualquier mercado muncipal. Por supuesto que nadie le cree el cambiazo con el que pretende bañarse de pueblo para detener su caída en picada en las preferencias electorales de los colimenses que se aceleró a parir del lunes 08/06/2015.