TAREA POLÍTICA

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SILVERISTAS RATAS

Por: José Luis Santana Ochoa

Los líderes de la pandilla con que mal gobernó la entidad del 2005 al 2009 el tecomense Jesús Silverio Cavazos Ceballos, se  hincharon de dinero al amparo de los cargos que usufructuaron como botín de guerra, sin que nunca jamás su incompetencia y su corrupto comportamiento fueran detectados por los tuertos órganos de control interno de la administración estatal ni por lo que antes fue el hoy Órgano Superior de Auditoria y Fiscalización, OSAFIG.

Varios de ellos como quien estuvo al mando de la cueva de Alí Babá y su cártel Colima de la Construcción que ha sido la Secretaría de Desarrollo Urbano, Eduardo Gutiérrez Navarrete, en lugar de haber sido enjuiciado por sus megafraudes como la remodelación del parque de “La Piedra Lisa” con su rotonda de hombres ilustres que devino en pista de patinaje,  y la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales que en lugar de haber sido construida con fondos federales optaron por la contratación de deuda a largo plazo con cargo a los nobles y aguantadores colimenses que la pagarán en décadas , fue premiado por el solapador de incompetentes y corruptos, el por dos días ya nada más nefasto gobernador de Colima, Mario Anguiano Moreno, con la Dirección del Instituto Colimense de la Infraestructura Física Educativa,  INCOIFED, donde, con menos reflectores y pájaros en los alambres que en SEDUR, hizo lodo en la asignación de obras a sus cómplices con los consabidos “moches, entres, retornos” de por medio.

En Sedur Eduardo se ganó a pulso el cambio de su apellido materno, pues los constructores ajenos a su séquito se referían a él como Eduardo Gutiérrez Navarrata, mismo calificativo que le fue también aplicado a su mozo de estribos y corredor de concursos simulados de obra, Álvaro Mata Rodríguez, mejor conocido en el mismo bajo mundo como Álvaro Rata, quien continuó medrando en la misma SEDUR durante el primer tramo del gobierno de las corazonadas encabezado por Mario Anguiano Moreno, para brincar después a la Dirección de Obras Públicas del Ayuntamiento de Colima amadrinado por el gustavista-silverista Luis Mario León López, donde siguió haciendo de las suyas sin nunca jamás  haber sido perturbado. A su cómplice de ambos en el robo en despoblado que fue su negociazo de la planta de tratamientos residuales, Rodolfo Valdez  Valdez, la misma mafia lo protegió nombrándolo director en la Secretaría de Desarrollo Rural.

La Comisión de la Verdad que llegue a crearse para investigar la corrupción imperante en el gobierno anguianista debe extenderse hasta el de Jesús Silverio Cavazos Ceballos. La clave de la continuación sin interrupciones del uso y abuso de los cargos públicos en este nivel de gobierno para enriquecerse sin límites ni controles  como lo han hechos los personajes mencionados en el párrafo anterior, está en los funcionarios del silveriato que repitieron en el anguianato como Eduardo Gutiérrez Navarrata a quien por temor a salir más perjudicados aún, es decir, pelados y trasquilados,  nunca denunciaron penalmente. Sólo ‘sotto voce’ y con documentación en mano que acredita su marcada preferencia por bien identificados constructores, se quejan de los abusos del abusivo funcionario que no tiene llenadero.

El descaro de Gutiérrez Navarrete es tal que hasta en la asignación de los contratos para la construcción de nuevos edificios en la Universidad de Colima mete sus garras para arañar su mochada, sin que haya autoridad alguna que se lo impida. Lo más grave de todo es que amenaza con repetir sexenio si su amigo y ex compañero de gabinete en el gobierno silversita donde cobró como Secretario de Fomento Económico, José Ignacio Peralta Sánchez, llega finalmente a ocupar el cargo de gobernador de Colima. Para evitar que su desgracia continúe, los constructores por él perjudicados no sólo deben rezar para que esto no se dé sino también promover el voto en su contra, única fórmula de sacudirse a una de las más perniciosas ratas del silverismo- anguianismo.

EL ACABO

Patéticos, desesperados e inútiles son los esfuerzos que a últimas fechas ha vendido realizando José Ignacio Peralta Sánchez para negar la cruz de la parroquia anguianista de la que fue ferviente adorador hasta la trastada cometida por el ex Secretario de Desarrollo Social, Rigoberto Salazar Velasco,  que lo sacó de la jugada. El sobrino del editor le apuesta al olvido de los colimenses a quienes hay que recordarles sus declaraciones previas llenas de reconocimientos, alabanzas y admiración personal hacia su compañerito de partido.