TAREA POLÍTICA

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NI QUIQUE NI MARIO, MUCHO MENOS MANDO

Por: José Luís Santana Ochoa

Al próximo candidato del PRI a la gubernatura de Colima no lo impondrán ni el gobernador del estado, Mario Anguiano Moreno, ni el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, mucho menos el líder del otro PRI, Fernando Moreno Peña. Tampoco el ungido será el que diga “quiero ser, sino  aquel que la mayoría, producto  de la valoración que la gente haga de su trabajo, decida que será el candidato”, contundente afirmación que se deriva de la muy puntuales y políticamente oportunas declaraciones del primer priista colimense publicadas el viernes anterior en Ecos de la Costa. El aspirante que llegado el momento de la gran decisión esté mejor posicionado, en el ánimo de los electores, acredite la más alta aceptación de la gente y mayores posibilidades de ganar, será quien reciba la encomienda de mantener invicto al tricolor en la próxima contienda electoral por la gubernatura programada para el primer domingo de julio de 2015.

Si el candidato designado resulta ser amigo del presidente de la República, del Gobernador del Estado, o del líder del Otro PRI, será mera coincidencia, no prueba de que la voluntad política de uno u otro se impuso en una inexistente pero muy manejada por los otro priistas pugna entre el poder central con su gallo el Subsecretario de Comunicaciones y Transportes del Gobierno Federal, José Ignacio Peralta Sánchez, y el local representado por el gobernador Anguiano Moreno y los prospectos afines a su proyecto político. Aclaradas las paradas, deben bajarle de huevos los  agresivos pregoneros de la imposición central del candidato del PRI a gobernador del estado para el sexenio 2015-2021.

Mario apela a las preferencias de los electores como criterio para nominar al candidato del PRI a la gubernatura del estado porque sabe, al igual que los colimenses informados, que las contiendas de1997, 2003, 2005 y 20009, por este cargo, han sido muy competidas, cerradas, ganadas por su partido con márgenes muy estrechos de votos que cada vez les cuestan más. Como la del 2015 también les espera a los priistas igual o más cuesta arriba, más les vale a los jefes del priismo nacional y del local ponerse serios, parar en seco la confrontación centro vs localía, y “auscultar” el verdadero sentir de los priistas colimenses y de los ciudadanos en general que con sus votos decidirán en las urnas el primer domingo de  2015 julio si vuelven a confiar en el PRI o se van por la alternancia.

En tanto, cualquier priista que reúna los requisitos de elegibilidad podrá decir “quiero ser candidato”, pero de querer a poder hay mucho trecho y antes “deben hacer valer el cargo actual que desempeñan, dar  mejores resultados, demostrarle a la población que son capaces, que están preparados, que son eficientes, que pueden trabajar en favor de la población,  pues ella se va a encargar de decidir que sean ellos los candidatos, a la gubernatura y a cualquier otro cargo”. Así de fácil. Más claro ni el agua de CIAPACOV.

 

EL ACABO

  • La reciente designación hecha por  la Secretaría de Marina del  Vicealmirante Jorge Luis Cruz Ballado, como Director General de la Administración Portuaria Integral de Lázaro Cárdenas, en respuesta a denuncias ‘‘anónimas’’ acerca de posibles actos de corrupción que ya se  investigan, ha puesto nerviosos a los directores de las apis de todo el país.
  • Y es que el hecho de que a solicitud expresa de la SCT, la Secretaría de Marina haya comisionado personal de alto rango para ocupar los cargos de administrador del Puerto de Lázaro

Cárdenas y la capitanía, y la posibilidad de que para prevenir acciones de colusión, se proceda a relevar de manera gradual y cíclica de los responsables de todas las dependencias federales involucradas en la operación de los puertos mexicanos, incluidas las administraciones portuarias integrales, llevarían a que en otros puerto del país como Manzanillo la Armada de México se haga cargo de la seguridad de mercancías y funcionarios, el Ejército de la seguridad del municipio y de la periferia, y los policías federales de garantizar la fluidez del transporte terrestre.